Aprender la lección

Madrid

Los dos planos en los que transcurre nuestra vida en las últimas horas, se mueven lentamente. El momento histórico tan acelerado que vivimos nos pide ahora, paciencia. En Estados Unidos, todavía no es posible decir quien será el próximo presidente del país aunque el recuento del voto por correo parecer acercar a Joe Biden a la Casa Blanca.

Y la mejor prueba es la desesperación de Trump y los suyos que en los Estados donde creen que les va a ir mal piden que se detenga el recuento... y allí donde presumen que pueden irles bien, exigen todo lo contrario, que cuenten bien los votos. Nunca se escenificó de forma tan grosera la falta de respeto a la democracia y sus procedimientos, sólo les sirve si les beneficia. Esto es en el fondo lo que está en juego.

Y el otro gran asunto es la pandemia. Y esto sí que está poniendo a prueba nuestra paciencia. Las cifras siguen disparadas, 368 muertos de ayer a hoy en España... y nos queda todavía una semana para comprobar si las actuales medidas empiezan a dar fruto o tenemos que ir a un confinamiento más duro, más estricto. El Gobierno pide esperar aunque algunas comunidades presionan con obligar a meter a la gente en casa.

Esukadi de momento ha decidido cerrar su hostelería. Lo que ya sabemos es que no atajar las olas antes de que sean incontrolables lo pagamos en vidas, pero también en la economía. Bruselas ha confirmado hoy que esta segunda ola ha vuelto a frenar la recuperación económica. Y castiga a España más que a ningún otro país. A ver si aprendemos la lección de que la mejor manera de proteger la economía es que no haya tercera ola o si llega -porque el coronavirus no deja de sorprendernos- tratar de atajarla al principio y no dejarla crecer.