Entre la ley y el juego sucio
Cualquiera sabe hasta dónde podría llegar Trump en los dos meses largos que faltan para el 20 de enero derrotado y en la Casa Blanca
Madrid
Si finalizado el recuento de votos en las elecciones de EEUU, los resultados dan la victoria Donald Trump, punto y seguido; se inicia un nuevo capítulo del mismo libro. Habría muchos disgustos, pero a nadie se le ocurriría orquestar maniobras contra el proceso. Ahora bien, si ganara Joe Biden o se tuviera que recurrir a los tribunales, como en el año 2000, los Estados Unidos podrían atravesar un período muy agitado entre la ley y el juego sucio, que burla la ley o la ignora o la traiciona.
Entre la ley y el juego sucio
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En los 77 días que faltan para el 20 de enero, día en el que expira la actual presidencia de Donald Trump, las previsiones legales se cumplirían a rajatabla, no tengo la menor duda, pero bajo las sacudidas del conocido arsenal desestabilizador trampiano que ayer mismo comenzó a actuar. Se saltó todos lo saltable, incluyendo los tiempos: lejos del final del recuento, con siete estados decisivos aún en juego y sin que nadie hubiera ofrecido ni siquiera oficiosamente un resultado final. Trump se proclamó al mismo tiempo ganador y víctima de un fraude y, aprovechando la carrerilla, anunció que recurriría a la Corte Suprema en defensa de unos derechos que sólo habían sido conculcados en su imaginación. Bueno, en su estrategia.
Nada sorprendente, pero muy inquietante. Abría la campaña postelectoral para infestar la de fake news y en menos de dos horas las redes sociales eran un campo de batalla y un estercolero. Cualquiera sabe hasta dónde podría llegar Trump en los dos meses largos que faltan para el 20 de enero derrotado y en la Casa Blanca.
Téngase en cuenta que ella nos regaló un anticipo de juego sucio al cargarse el ejemplo de juego limpio tradicional que significaba no nombrar jueces para el Supremo en tiempo electoral. La jueza Amy Barret fue oportunamente elevada al órgano que puede arbitrar el resultado electoral y coloca las cosas en un punto muy inquietante. Estamos en el filo de la navaja y ahí vamos a seguir unas horas o unos días o quién sabe si hasta 77.