Un reinado demasiado breve
Quizá no os suene, pero Lady Jane Grey fue reina de Inglaterra, aunque solo por nueve días. Llegó al trono de forma inesperada y precisamente eso le llevó a ser juzgada el 13 de noviembre de 1553
Un reinado demasiado breve
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En el mundo anglosajón, el viernes 13 es el equivalente a nuestro martes 13, es decir, un día de mala suerte. Pero muy mal os tiene que ir para que el día de hoy sea peor que el último 13 de noviembre que vivió Lady Jane Grey hace 467 años.
Aunque quizá no os suene, Lady Jane Grey fue nada menos que reina de Inglaterra; y si no os suena es porque su reinado duró solo nueve días. Lady Jane era sobrina-nieta de Enrique VIII. El hijo de Enrique, Eduardo VI, reinaba desde 1547, y, con apenas 15 años enfermó gravemente. Para asegurar la continuidad del protestantismo en Inglaterra, en su lecho de muerte hizo herederos de la corona a Lady Jane y a sus hermanos, apartando de la línea sucesoria a su propia medio hermana, María, que era fervientemente católica por parte de madre (Catalina de Aragón). Así, el 10 de julio de 1553, Lady Jane Grey se convirtió en reina de Inglaterra.
Como era de esperar, a María no le sentó bien la jugada, y enseguida fue ganando apoyos, a la vez que Jane perdía los suyos. Así, nueve días después de ponerse la corona, le fue arrancada. Jane Grey fue encarcelada en la Torre de Londres, y el 13 de noviembre de 1553, fue juzgada junto con su marido, sus hermanos y el arzobispo Thomas Cranmer, por un delito de alta traición. Todos ellos fueron declarados culpables y condenados a muerte. Milagrosamente, la condena le fue revocada poco después, pero la participación del padre de Jane en una rebelión contra la reina fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. En febrero del año siguiente, Jane, su padre y su marido fueron decapitados. Ella tenía solo 16 años, y nunca había tenido la ambición que sí tenían sus partidarios, que la habían utilizado para ganar poder. En parte por esto, y en parte porque el protestantismo finalmente triunfó en Inglaterra, Lady Jane Grey tiene hoy la simpatía de sus compatriotas, aunque fuese la reina más breve de la historia de Gran Bretaña.