"No podemos volver al choque de civilizaciones": la respuesta de un experto tras cinco años de Bataclán

Madrid

Hace cinco años, varios terroristas armados con rifles automáticos y explosivos de diversa índole irrumpieron en cafeterías, restaurantes y finalmente una sala de conciertos del barrio parisino de Saint Dennis generando caos y muerte. 131 personas murieron y hubo más de 415 heridos, algunos de gravedad. A la tragedia humana se unió el profundísimo miedo que sembraron los terroristas en la sociedad francesa y europea. ¿De verdad era tan sencillo acabar con la vida de tantas personas en la región probablemente más pacífica del planeta? 

En esta edición de 'Hora 25' hemos dedicado un tramo al fatídico atentado en la sala Bataclán, sobre todo ahora que parece que la sombra del terrorismo yihadista vuelve a sacudir a algunas naciones europeas; hace dos semanas en Niza, donde asesinaron a un profesor de Historia a sangre fría en plena calle. O Viena, donde uno o más hombres acabaron con la vida a tiros de varias personas. 

Carmen Vela, la corresponsal de la Cadena SER en Francia nos cuenta que la sociedad francesa "sigue haciendo vida normal", aunque son permanentes los controles y la presencia policial y militar en las calles. Francia está en alerta máxima después del asesinato de un profesor en Niza; esto le ha valido un durísimo enfrentamiento con Turquía. Macron ha puesto en marcha una potente política antiterrorista y ya ha expulsado a 35 yihadistas de las fronteras francesas. El presidente de la república habla de un "soberanismo islamista" que hay que erradicar; como dice, "acabar con el separatismo islamista". 

Lo cierto es que Francia es el país con más población musulmana de Europa. Moussa Bourekba, investigador del CIDOB, ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER para hablar sobre la integración en Francia. Él apunta a que más que integración cultural, es necesaria una integración social. Señala, por ejemplo, que el perfil de los terroristas es de jóvenes procedentes de barrios suburbiales con escasos recursos. 

"Estamos asistiendo a una diversificación de los perfiles terroristas franceses", señala. El investigador especifica que hay cuatro componentes fundamentales que contribuyen a la radicalización: un agravio directo o indirecto, la necesidad de estar vinculado a un grupo, la ideología y finalmente el papel de las personas. Bourekba habla de una triple ruptura, de sus amigos, de su familia y con la comunidad musulmana a la que consideran "cobarde". 

¿Cómo afecta lo que sucede fuera de Francia a la situación francesa? ¿Se puede separar la situación en Iraq y Siria de lo que pasa en Francia? ¿Qué queda de Daesh en esos países? Hablamos con Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios Sobre Conflictos y Acción Humanitaria sobre ello.

Daesh ha seguido actuando. Ha habido más de 700 personas muertas en el último año. Se trata de combatir una idea, no hay que pensar en atentados tipo 2001, sino terrorismo de bajo coste. Un terrorismo más fácil de cumplir sus objetivos, con más impacto mediático, con menos letalidad porque no tienen cualificación ni medios. Se trata de personas que han nacido y han sido educadas en territorios europeos y se sienten inspirados por una idea. 

La verdad es que hemos aprendido poco. El debate sobre la integración sigue estando ahí. Pero en términos reales y fácticos es que se insiste en enfoques equivocados. Si pensamos en Malí, por ejemplo, en ningún caso han conseguido eliminar el caldo de cultivo. 

Ya estábamos y estamos en riesgo y en la lista de objetivos de los yihadistas. Está claro que por unas motivaciones o por otras los países occidentales estamos en el objetivo. No solamente Francia está en peligro. En España en lo que llevamos de año ya van 14 operaciones antiterroristas. 

Quien alimenta la islamofobia, aunque en España no tenemos el mismo nivel que en otros países de la UE, también tiene la culpa. Hay que tener cuidado con los grupos de ultraderecha que plantean una polarización que puede ser muy preocupante. Una contranarrativa que suponga un choque de civilizaciones. Parece que volvemos a los planteamientos de Bush hijo y es una idea absolutamente equivocada.