Un curioso caso sin resolver para el FBI
El 24 de noviembre de 1971, un hombre que se hizo llamar Dan Cooper embarcó en un avión en Portland, en Estados Unidos. Avisó de que llevaba una bomba en su equipaje y, a cambio de no hacerla explotar, pidió unas cuantas cosas al gobierno
Un curioso caso sin resolver para el FBI
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Para la policía federal de los Estados Unidos, pocos días fueron más malos que el 24 de noviembre de 1971. Ese día, una sola persona puso en evidencia las capacidades de este cuerpo policial.
Ese 24 de noviembre, un hombre que había comprado un billete con el nombre Dan Cooper cogió un avión en Portland. Poco después del despegue, le mostró una nota a una de las azafatas. En ella ponía que llevaba una bomba en su equipaje de mano, y que si no seguían sus instrucciones, la haría estallar. Abrió el maletín y, efectivamente, había lo que parecía ser una bomba. Sus instrucciones fueron que el avión aterrizara en Seattle y el gobierno le entregara 200.000 dólares y cuatro paracaídas. Una vez recibidos, vació el avión, excepto por la tripulación. Mientras el avión volaba entre Seattle y Reno, Nevada, Dan Cooper saltó. Que no se llamaba así, claro.
El FBI, temeroso de que pudiese cundir su ejemplo, puso en marcha lo que la propia agencia define como “una de las investigaciones más largas e intensivas” de su historia. Pese a los medios destinados al caso, nunca encontraron a su hombre. En el año 2016, suponiendo que los 45 años pasados habrían hecho que el secuestrador del avión ya habría muerto, dieron por cerrada la investigación.