Álex García: "Me afectó 'Antidisturbios'. Llegué a llorar desconsoladamente"
El actor visita esta noche la madrugada de la Cadena SER y para charlar con Mara Torres
Madrid
El actor Álex García (San Cristóbal de la Laguna, 1981) cada vez que vuelve al mar en el que se crio se pregunta: "¿Y yo qué hago lejos de aquí?". Solo hablar de él y escucharlo de fondo, en esta conversación a la luz de El Faro con Mara Torres, confiesa que se le pone la piel de gallina. Para entrar a esta entrevista elige el seudónimo de 'Tinguaro' una completa demostración de intenciones y de compromiso.
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Repasa durante esta media hora varios escenarios de su vida. El primero de ellos era el Álex García niño, una prueba con patas de que lo suyo era la interpretación. "A los 13 años ya me metía en el teatro del colegio, imitaba a gente delante de mis padres en casa... Tenía una cosa que me sigue sorprendiendo y era mi necesidad de ponerme delante de un público", ha explicado. Con los años llegó a Madrid y se entregó a formarse como actor, pasando por 'La katarsis del tomazo' y la escuela de Cristina Rota.
Llegar a esta ciudad fue para él una liberación creativa porque "podía dedicarme 24 horas a hacer lo que quería". Había un impulso por venir a la capital después de haber triunfado durante años en la televisión canaria retransmitiendo el carnaval y haberse convertido en una de las caras conocidas de las islas. Buscaba la posibilidad de enfrentarse a un público que no supiese quién era.
El compromiso del que habla a través de su seudónimo es un punto de inflexión también con uno de sus proyectos más importantes: 'Jauría'. Álex García pidió formar parte del proyecto que recreaba en el Teatro Kamikace la sentencia de La Manada. El proceso supuso un esfuerzo para conocerse y analizarse a sí mismo, un completo aprendizaje que no estaba exento de dureza. "He descubierto que formaba parte de muchos de esos comportamiento que me horrorizaban. Me sigo tambaleando después de abrir aquella puerta. En mi caso quiero saber verlo y cuidarlo", ha explicado.
La obra de teatro coincidió en el tiempo con la grabación de la serie 'Antidisturbios' de Rodrigo Sorogoyen, que en las últimas semanas ha revolucionado el panorama audiovisual español, considerada una de las series del año. Que ambos proyectos coincidiesen en el tiempo determinaron la manera en la que Álex lo vivió. Ambas requerían un viaje retrospectivo hacia una parte muy visceral de la persona para usar el trabajo que era darle vida a esos personajes.
El día que terminó de grabar la última secuencia de la serie, la famosa cena de despedida de los antidisturbios, se echó a llorar sentado en una silla durante media hora. Cerraba con ese llanto un proceso que había empezado con Miguel del Arco en 'Jauría' y que terminada con su personaje en 'Antidisturbios', Alexander, y que era, en el fondo, un descubrimiento de sí mismo, un crecimiento.