El dolor causado por las armas en Irlanda del Norte
El terrorismo en Irlanda del Norte estaba a la orden del día y el 4 de diciembre de 1971 se cometió uno de los peores atentados. Fue en el pub de Thomas McGurk, en Belfast, donde las Fuerzas Voluntarias del Ulster decidieron poner una bomba
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En el imaginario colectivo, las bombas en Irlanda del Norte eran puestas por el Ejército Republicano Irlandés, más conocido como IRA. Pero lo cierto es que los atentados, con bomba o con balas, tenían lugar en el sentido opuesto en igual medida; es decir, de los grupos terroristas probritánicos contra los irlandeses. Dentro de las atrocidades cometidas por estas bandas, la del 4 de diciembre de 1971 fue una de las peores.
Era un sábado, y el pub de Thomas McGurk, en la zona de mayoría católica de la ciudad de Belfast, estaba lleno. Y fue allí donde los terroristas pusieron su bomba. Quince personas murieron en el atentado, y quince más resultaron gravemente heridas. Si esto ya es de por sí trágico, las víctimas tuvieron que ver cómo los periódicos y la opinión pública dirigía sus acusaciones contra el IRA, pese a que los propios republicanos desmintieron reiteradamente que tuvieran nada que ver con el atentado. No fue hasta seis años más tarde, y gracias a la confesión de uno de los terroristas, que se supo que el atentado había sido obra del UVF, o Fuerzas Voluntarias del Ulster. Aun así, la policía no hizo grandes esfuerzos por encontrar a los otros implicados en el atentado, y no condenó a nadie más por estos terribles hechos.