La cabeza en tiempos de coronavirus
Una sociedad a la que, por su bien, le amputan el afecto y el contacto, a la que le prohíben salir de casa o le organiza el Gobierno sus comidas y sus cenas, paga psicológicamente un precio altísimo

La cabeza en tiempos de coronavirus
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Madrid
Desde el principio. Desde lo que se dio en llamar confinamiento severo hubo una voladura de tal calibre que yo recuerdo que mi compañero Pablo Ordaz y yo fuimos a varios centros psiquiátricos a hacer un reportaje, y allí tras ver cómo estaban de vacías las capitales de todo el mundo, y tras ver al Ejército patrullando y a la gente escondida en sus casas, el mensaje de muchos internos era: "¿Veis? Ahora quién es el loco". Esto en cuanto al trastorno grave, en cuanto a la percepción de la realidad. En otro plano distinto, hoy El País publica que el consumo de medicamentos para ansiedad, depresión y problemas de sueño subió un 4% durante la primera ola. A una sociedad a la que le amputan el afecto, el contacto, a la que le prohíben salir de casa o recomiendan que no salga, a la que le organiza el Gobierno sus comidas y sus cenas, esa sociedad, aunque se esté haciendo todo por su bien, va a pagar un precio. Está pagando un precio. Psicológicamente altísimo. En forma de desigualdad por cuestiones de edad o de dinero, en forma de aprensión, en forma de miedo, en forma de sospecha. En Galicia decimos, en otro contexto, pero decimos: "A cabesa non para". Y la cabeza habitualmente no para, pero en estos tiempos, y los que vienen sean como sean, tendremos que obligarla a frenar un poco.

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...




