El gato que complicó el trabajo del señor Dibnah
El 7 de diciembre de 1983, Fred Dibnah estaba revisando una chimenea en Bolton, Inglaterra, para ver cómo debía demolerla. Pero un tal George le complicó el trabajo
El gato que complicó el trabajo del señor Dibnah
01:39
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1607309737014/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Si no eres un gran aficionado a las alturas, el trabajo de Fred Dibnah ya te resultaría un suplicio de por sí. Fred se dedicaba a la reparación y demolición de chimeneas industriales. Y el 7 de diciembre de 1983 estaba inspeccionando una chimenea en Bolton, Inglaterra, para ver cómo debía proceder a su demolición. Pero resulta que George tenía otros planes.
No, George no era un trabajador de la fábrica ni un aficionado a las grandes estructuras industriales. George era un gato. Pelirrojo, para más señas. Todos los que tenemos gato hemos visto que una de las grandes aficiones gatunas es entrometerse en medio de tu trabajo. Pues George sería el exponente máximo de esa filosofía. Porque una cosa es sentarse encima de tu teclado y otra es subir por una chimenea de casi 50 metros para impedir que Fred pudiese hacer su trabajo. Todos los intentos de demolición fueron infructuosos. George no se quería mover de su chimenea. El público británico, siguiendo las peripecias del gato por televisión, creía que al cabo de unas horas el hambre le haría cambiar de idea. Pero no. Cuando pasaron treinta horas, por fin un experto en manipulación de felinos sin mucho vértigo pudo hacer lo que Fred no había conseguido: meter a George en una jaula. Seguidamente, lo bajaron de la chimenea y el señor Dibnah pudo proseguir con su trabajo. La parte positiva es que tanto George como Fred se convirtieron en celebrities después de su duelo en las alturas.