Día 1 del Hospital Isabel Zendal: "A la parte fea Ayuso no viene"

Madrid

Aquí no puedes estar

Pero, ¿por qué?

Esto no es una vía pública, no está abierta al público

Pero es un hospital

Es una vía en obras. Solo puedes estar ahí, al otro lado del paso de cebra

El Hospital Enfermera Isabel Zendal “está listo” para recibir este viernes a sus primeros pacientes, según el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid, pero un ciudadano sin autorización no puede pasar porque “no es una vía pública”. Eso repiten una y otra vez los guardias de seguridad que están trabajando en la puerta. “Es una vía en obras”, dicen. O tienes autorización, o solo puedes estar al otro lado del paso de cebra, a unos metros de la entrada principal del hospital.

Desde allí, se intuyen a lo lejos los pabellones. Más cerca están las tres banderas, de la Comunidad de Madrid, de España y la europea. Hay espacios con luces encendidas. Una sala de espera con unas máquinas de vending que acaban de rellenar. Hay salas preparadas para charlas o conferencias con mesas alargadas y sillas de estudio y otros espacios aún sin terminar, con plásticos de obra en las ventanas.

Ampliar

A las seis de la mañana llega un trabajador de Dragados, una de las empresas que está trabajando en la construcción del centro. Sigue trabajando ahora porque la obra aún no ha terminado. “Quedan rematitos”, cuenta. Él dice que va a la parte fea. ¿Por qué fea? “Porque a esta parte la presidenta de la Comunidad de Madrid no viene”. Es donde están las casetas de obra, los baños portátiles o los tablones de madera por el suelo. “Es donde está el barro”, dice este trabajador. “Aquí aún falta por colocar las aceras”.

Otros trabajadores entran por la parte bonita. Los primeros en llegar son los del almacén que vienen “a seguir organizando todo”. Llegan también más vigilantes de seguridad a hacer el relevo. Y más tarde, ya a partir de las siete, los sanitarios. Para muchos es el primer día de trabajo porque “se supone que hoy llegan los primeros pacientes”.

Hay voluntarios, como Sandra, que viene del Hospital Infanta Leonor de Vallecas. Ha decidido apuntarse porque “alguien tiene que ceder”. “Tiene que haber gente preparada y con ganas para atender a este tipo de pacientes”. A ella le gusta la forma en la que está distribuido el hospital, sin apenas paredes, porque piensa que “así se evita que el paciente sienta la soledad que sintió durante la primera ola”.

Hay voluntarios. Pero hay otros que no. “Soy celadora y vengo obligada”. María del Mar viene del Hospital 12 de Octubre y dice que o se trasladaba aquí o la echaban a la calle. El sindicato MATS denuncia que de ese hospital van a salir, a la fuerza, 52 trabajadores. Del Hospital Gregorio Marañón, otros 50. Este viernes hay, de hecho, convocadas protestas a las puertas de varios centros para protestar por estos traslados forzosos.

Ampliar

A las ocho de la mañana ya empieza a haber más trasiego. Llegan trabajadores, pero ninguno sabe decir por dónde van a entrar los pacientes. O si van a llegar o no este viernes, aunque Sandra dice que en una charla informativa les dijeron que iban a llegar cinco. Tampoco saben si hay más entradas disponibles. A unos metros de esa entrada principal, de las banderas, al lado de la parada de autobús - que hace su ruta prácticamente vacío - hay una rampa, pero está en obras, aún con máquinas trabajando. La parte bonita y la fea.