Prórroga en Bruselas

Madrid

Prórroga en el último minuto de partido, y no se trata de fútbol, se trata de las negociaciones del Brexit. Ayer venció el límite que se habían dado Boris Johnson y la presidenta de la comisión europea, Úrsula Von der Leyen y los dos se dieron un nuevo margen para tratar de impedir una salida caótica del Reino Unido de la Unión Europea a final de año.

Aunque una cosa es el tiempo y otra cosa es la posibilidad de negociación. De hecho, han tenido todo el tiempo del mundo para evitar esta negociación sobre el filo que estamos viendo estos últimos días. Hoy mismo, dentro de media hora, vuelve a la mesa el negociador Michel Barnier con los embajadores europeos. A la prórroga siempre se llega para que un gol desatasque el resultado y, de momento, en las negociaciones del Brexit se sigue mareando la pelota y dejando claro que esto de los plazos, cuando se trata del Brexit, es solo una medida de tiempo orientativa. Se han saltado tantas veces que ya hemos perdido la cuenta.

Ninguna de las dos partes quiere abandonar, ninguna quiere ser la responsable de la ruptura de las negociaciones, pero lo cierto es que el primer ministro británico ya decía este fin de semana que había que prepararse para el escenario de una ruptura sin acuerdo. Y además anunciaba el envió de barcos de guerra al canal de la Mancha para defender sus aguas territoriales. No parece que sea una muestra de voluntad negociadora.

Y quizás por eso, por el temor a una ruptura sin pacto comercial, que empiezan a verse ya los primeros colapsos de camiones en la frontera con Francia.

Quedan todavía unos cuantos días para el 31 de diciembre, algunos dirán que muy pocos comparados con los que hemos dejado atrás, pero ya saben que Europa se ha ido definiendo gracias a los pactos de última hora. Aunque quizás esta vez lo de vivir al límite no dé el resultado esperado.