La batalla del salario mínimo
El Gobierno se reúne este martes con los agentes sociales para comenzar a analizar la última cuestión que divide al Ejecutivo: ¿se debe subir o no el salario mínimo interprofesional?
Madrid
El Gobierno se reúne este martes con los agentes sociales para comenzar a analizar la última cuestión que divide al Ejecutivo: ¿se debe subir o no el salario mínimo interprofesional? Hay dos posiciones dentro del Gobierno, definidas por color político (PSOE-Podemos), pero no sólo por ese color político ya que hay sectores del PSOE partidarios de subir el salario mínimo.
La batalla del salario mínimo
04:42
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1608016964_142761/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
De una parte, el equipo del Ministerio de Economía que plantea congelar el salario mínimo este año dadas las circunstancias presupuestarias. El argumento central es que en dos años, el SMI ya acumula un 29% de subida, desde los 735 euros hasta los 950.
Frente a ellos, la posición del Ministerio de Trabajo es la de subir el SMI en 2021. ¿Cuánto? No se habla de una cifra cerrada. De hecho, este martes no se va a presentar ninguna a los sindicatos y empresarios en la reunión técnica que celebran a las 13.00. Trabajo maneja subidas de entre el 0,9%, lo que han subido los sueldos de funcionarios y pensiones, al 1,4%, lo que han subido los demás sueldos por convenio. En cualquier caso, estamos hablando de subidas de entre 8 y 13 euros al mes que dejarían el SMI desde los 950 euros actuales a 958 ó 963 en total. Pedro Sánchez citó este lunes el tema en su discurso ante la OCDE: "La crisis del Covid ha producido un empeoramiento de las desigualdades salariales sólo corregido por las ayudas estatales y las políticas de salario mínimo" y añadiendo que "es hora de normativas laborales que promuevan condiciones laborales decentes". Pero, no hay decisión formal todavía.
Hay dos caras de la moneda en la batalla por el salario mínimo. Primero, el argumento de Podemos y de Trabajo: la tendencia internacionales es subir el salario mínimo. En la 'Europa-de-los-27' sólo hay seis países que carecen de salario mínimo (Austria, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Suecia e Italia) y entre los demás, 14 ya han anunciado subidas del salario mínimo este año.
La más significativa es la de Alemania que va a subir un 2,7% el salario mínimo en enero de 2021 en el que será el primero de cuatro aumentos para llegar a 2022 con una subida del 11,8%
Entre nuestros vecinos, Francia prevé una subida del 1%, Portugal negocia una subida del 4,7% y Reino Unido ha aprobado subidas de entre el 1,5% y el 2% en función de diferentes tramos de edad. Aunque las subidas más generosas son las de los países del Este que están subiendo esos salarios mínimos para terminar con la economía sumergida. Ahí están:
- Letonia: 16,3% de subida.
- Polonia: 7,7% de subida.
- Eslovaquia: 7,4% de subida.
- Bulgaria: 6,6%.
En total, de los 21 países de la Unión, 14 ya tienen subidas pactadas o en trámite.
Frente a ese argumento, el contrario es el de congelar el SMI porque ya acumula una subida considerable en los últimos dos años. De un 22,3% en 2019. Y de un 5,6% en 2020. En total, una subida acumulada del 29% en apenas dos años.
Es una subida sólo comparable a la que se vivió en 1980 cuando en dos años acumulaba una subida del 25% y en la década, el salario mínimo se revalorizó un 119%, más que se duplicó.
Esa subida acumulada y la defensa de no imponer nuevas cargas a los empresarios en sectores más precarios, que son los que pagan salarios mínimos, justifican su congelación en términos económicos.
Aunque con esta batalla de argumentos económicos, quizá lo que más pese sea lo político. Desde 1980 el salario mínimo sólo se ha congelado 2 años. La congelación del SMI con un gobierno de izquierdas supondría hacer lo mismo que hizo Mariano Rajoy en los años 2012 y 2014 con dos reales decretos (R.D. 1888/2011 y R.D. 1046/2013). Evitar ese espejo y a la hemeroteca desde PSOE y Podemos puede ser la clave que resuelva esta batalla económica en último término.