El error de cálculo de Thomas Bouch

El 28 de diciembre es conocido como el día de los inocentes, por ser el día en el que recordamos una masacre de bebés que supuestamente tuvo lugar al poco de nacer Jesús. La rigurosidad histórica de todos los elementos de esta celebración digamos que no es absolutamente hermética. Hoy vamos a recordar a otras víctimas del 28 de diciembre. No sé si eran muy inocentes, pero ciertamente no es difícil solidarizarnos con su desgracia. Además, esta sí que estoy bastante seguro de que tuvo lugar.

Ese día, en Escocia hacía muy mal tiempo. Para los que no hayáis estado en la tierra de Sean Connery, os puedo avanzar que eso ahí es bastante común. Por lo tanto, tendría que ser algo que tengan muy presente los que construyan infraestructuras ahí. Como, por ejemplo, los puentes. Sir Thomas Bouch además de ingeniero ferroviario, era escocés, por lo que tendría que haber tenido muy presente la climatología de su país cuando diseñó el puente ferroviario de Tay, que une Burntisland con Dundee. Pero algo calcularía mal, porque el 28 de diciembre de 1879, el tren que salía de Burntisland a las 7:13 de la tarde desapareció a medio puente. Ese día hacía un viento terrorífico, que algunos testimonios catalogaron de huracán. Parece ser que sopló con tanta fuerza que consiguió sacar al tren de encima del puente. Cuando empezaron las tareas de rescate dentro del río Tay, encontraron 46 cuerpos, pero se cree que murieron más de 70 pasajeros. Lo que sí se sabe con certeza es que nadie sobrevivió. Thomas Bouch, por cierto, murió poco más de un año después, roto por el cargo de conciencia de haber hecho tan mal su trabajo.