Criptomonedas: si no lo entiendes no te metas
¿Una inversión? ¿Un futuro sistema económico? ¿Un salto de fe? Juanjo Millás experimenta con los bitcoins
Criptomonedas: si no lo entiendes no te metas
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Madrid
En qué momento se me ocurrió bromear con Juanjo: “¿Y si compramos unos bitcoins y a ver qué pasa?” En su cabeza analógica de aventurero digital empezó a tomar forma una inversión asesorada que, a final del curso radiofónico, nos convertiría en propietarios de una fortuna que haría temblar al mismísimo Elon Musk.
A pesar de que Luis Garvía, director del Máster en Riesgos Financieros de Icade Business School, nos recomendaba ir con cuidado, “por mucho que te digan si no entiendes no inviertas. Es volátil, no está regulado y resulta complejo técnicamente”, preferimos obviar que no entendíamos lo que es una criptomoneda, para qué sirve, qué se puede comprar con ella, cómo se adquieren, cómo se venden… Detalles sin importancia cuando uno se cree el Lobo de E-Wall Street.
<p>A un programador alemán le quedan dos intentos de escribir correctamente la contraseña de un disco duro cifrado en el que guarda 7.000 bitcoins</p>
Tras varios intentos fallidos nos rendimos a la evidencia de que necesitábamos un espacio físico con su humano dentro que nos fuera guiando y nos explicara exactamente qué estábamos haciendo. Gaetano Valencia es el encargado de una de las tiendas físicas que tiene BitBase en Madrid. Delante de un cuadro en el que representaba a un bitcoin como una flor que crecía sobre las lápidas del dólar, euro, libra y yuan aprendimos a crear un Wallet (billetero digital) en el que meter nuestras criptomonedas (dinero digital) que compramos a través de un código QR en un cajero al que le puedes meter billetes en efectivo. Si la cantidad es menor de mil euros no necesitas identificarte y la transacción es totalmente anónima. Si eres político tampoco puedes comprar para evitar evadir capitales. Aunque en ningún momento se comprueba que lo que dices es verdad. Desaparece tu billete y aparece una cantidad el billetero a la que se le han descontado casi 9 euros de comisiones. Juanjo compró bitcoin, yo ethereum. Él está contento viendo como sube el valor de su moneda, yo tengo la sensación de que nunca más volveré a ver mi dinero, sobre todo si pierdo u olvido las 12 palabras de seguridad que dan acceso a mi cartera (y que hemos apuntado analógicamente con un boli en una hoja de papel).
Nos preguntamos qué pasaría si su uso se generalizara si pudiésemos hacer transacciones sin intermediarios ¿Se podría crear una economía paralela a la respaldada por las entidades políticas y financieras y al margen de éstas, donde lo legal y lo ilegal se escapara a cualquier tipo de control?
Hay miles de criptomonedas pululando por la red. Algunas son un timo, otras de muy poco valor a la espera de que alguien influyente las promocione y las haga subir. “Si Amazon anunciara que acepta el uso de bitcoins, la moneda subiría a niveles mucho más altos de los que está ahora”, dice Gaetano, convencido de que será la moneda del futuro. A esto le uniríamos que hay un tope de bitcoins que pueden circular, 21 millones. Una vez que se alcance esa cifra no se pueden crear más y entonces su valor volvería a subir. En la actualidad se están moviendo 18 millones, de los cuales el 30% están desaparecidos. Pertenecen a personas que los compraron cuando no valían nada y se olvidaron de ellos, o de las contraseñas de sus carteras y nunca más podrán recuperarlos. Luis es más escéptico. Igual que sube puede bajar y lo pierdes todo. Demasiadas cuestiones en el aire.
Mientras, nosotros no paramos de mirar la cifra que aparece en la pantalla de nuestro móvil y nos preguntamos qué diablos hemos hecho.
Paqui Ramos
Casi siempre en la radio. Siempre en la SER. Trabajando con Javier del Pino y yendo a sitios con Juanjo...