Tecnología y violencia van de la mano
La normativa europea para romper los vínculos entre los recursos naturales y los conflictos armados no ha logrado acabar con el comercio de minerales de sangre que puede crecer tras la pandemia
¿Qué ha pasado con el tráfico de los minerales de sangre durante la pandemia?
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El comercio de los llamados minerales de sangre sigue siendo una realidad pese a la entrada en vigor en 2021 de una normativa europea para ponerles coto. El reglamento, aprobado en 2017, pretende desligar el comercio de minerales de los conflictos armados exigiendo a los importadores europeos una responsabilidad para evitar que el estaño, wolframio, tantalio y oro que obtengan se use para financiar a grupos armados.
No todos los países europeos están cumpliendo con la misma eficacia esta normativa. Según un análisis España necesita mejorar.
El informe, realizado por una coalición de ONG coordinada por Pax for Peace y EurAc Network, revela que Austria y la República Checa son los países con mejores resultados en materia de transparencia, seguidos por Finlandia y los Países Bajos.
Guillermo Otano, portavoz de la ONG ALBOAN perteneciente a esa red de organizaciones, reconoce que ha habido avances en la certificación de minas gracias a las iniciativas europeas y los esfuerzos del Gobierno congoleño. “Hay menor presencia de grupos armados, pero sigue habiendo presencia y problemas relacionados con la explotación infantil y la violencia sexual”, explica.
En el este de la República Democrática del Congo, la zona con mayor presencia de grupos armados y crimen organizado, miles de niños y jóvenes se juegan la vida en las minas que son obligados a custodiar convertidos en soldados de las guerrillas. La pandemia, sin embargo, ha dado un respiro a la violencia.
Reapertura y más demanda tras la pandemia
El cierre de fronteras ha restringido la venta de minerales reduciendo el dinero en efectivo y haciendo caer los precios, “lo que ha repercutido en que algunos mineros artesanales se hayan visto empobrecidos”, asegura Otano. El oro, por ejemplo, vio reducido su precio casi a la mitad durante los primeros meses de la pandemia.
Pero temen que la vuelta a la normalidad haga crecer la demanda de minerales estratégicos y con ella el comercio irregular de materias primas como el coltán y los minerales de sangre, utilizados en electrónica y tecnologías para la transición energética que están en auge.
ALBOAN ha lanzado la campaña “Tecnología Libre de Conflicto” para dar a conocer la conexión que existe entre la tecnología que utilizamos y la violencia. Piden una mayor transparencia para conocer la cadena de suministro de estos materiales y cómo están vinculadas a los riesgos. Así, dice Otano, “se complicaría que quienes intentan obtener un beneficio ilícito en el tráfico de estos minerales puedan colocarlos en el mercado”.
Para controlar la cadena de suministro de minerales y también de otros sectores como el textil ya se está barajando una nueva directiva europea que se va a empezar a negociar en septiembre. Para Otano los esfuerzos deberían centrarse en minerales como el oro, que alcanza un alto precio de mercado con un pequeño volumen del producto, lo que facilita el tráfico ilícito y el beneficio de los grupos armados que suelen imponer impuestos arbitrarios.
Las organizaciones aspiran a “trasladar a las compañías convencionales las obligaciones de gestionar su cadena de suministro de manera responsable y respetar los derechos humanos allí donde operan”.