Júlia de Paz, directora de 'AMA': "No se le puede exigir lo mismo a todas las madres"
Júlia De Paz ha venido a 'La Ventana' a hablar de su película, AMA, premiada en el Festival de Málaga con la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz (Tamara Casellas) y con el Premio Feroz Puerta Oscura a Mejor película
Júlia De Paz presenta su ópera prima, 'Ama'
43:28
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1626271870464/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
La joven directora, Júlia de Paz, acaba de cumplir 26 años y su creación ya ha sido galardonada con dos premios referenciales. El proyecto 'AMA' comenzó como un cortometraje para su Trabajo de Fin de Grado y se siguió desarrollando hasta llegar al resultado actual. La película puede ser considerada como un viaje: “En el que se empieza juzgando al personaje y al final, solo quieres abrazarla”.
Sobre el arrepentimiento y el abandono
La película se apoya sobre dos ejes principales: el arrepentimiento y el abandono. La directora, junto a la guionista Nuria Dunjó, se informó sobre ambos conceptos y encontró el libro 'Madres arrepentidas' de la socióloga israelí, Orna Donath. Asimismo, consultaron a distintos profesionales: "Hablamos con educadoras sociales, psicólogas, servicios sociales y con madres para entender la posición de las madres que se arrepienten de serlo”.
Respecto al abandono, ella expresa que pese a no haberlo sufrido nunca es un miedo que le atormenta. Considera que es posible que provenga de la sobreprotección experimentada: “Al sobreproteger generas una zona de confort y cuando sales un poco de ella, da terror”.
¿Qué es ser madre?
La visión que tenía Júlia de Paz de la maternidad ha cambiado drásticamente, y ya no le exige tanto a su madre: “Ahora es más como mamá céntrate en ti, más autocuidado”. La película ha sido terapéutica para el equipo entero. Un equipo que ha apoyado incondicionalmente a la joven directora: “Cuando me caía me levantaban. He tenido mucha suerte con ellos. Algunos son compañeros y compañeras de la ESCAC y era nuestro primer proyecto que hemos hecho juntos y juntas. Me lo he pasado genial.”
La principal reivindicación del filme era difuminar ese halo que envuelve a todas las madres, cuando cada una de ellas tiene una situación muy diferente: “El problema que hay con este mito de la maternidad es que se exige lo mismo a todas las madres desde la misma perspectiva óptica y hay que tener en cuenta igualmente el trasfondo laboral y social. No se le puede exigir lo mismo a todas las madres”.
La directora quería tener muy en cuenta la arista social de esta problemática y retratar con conciencia de clase una realidad muy dura: “Hay muchas Pepas. Puede ser nuestra vecina, nuestra mejor colega y nunca les damos voz y a veces incluso, le damos la espalda”.