Júlia de Paz, directora de 'AMA': "No se le puede exigir lo mismo a todas las madres"
Júlia De Paz ha venido a 'La Ventana' a hablar de su película, AMA, premiada en el Festival de Málaga con la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz (Tamara Casellas) y con el Premio Feroz Puerta Oscura a Mejor película

Júlia De Paz presenta su ópera prima, 'Ama'
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
La joven directora, Júlia de Paz, acaba de cumplir 26 años y su creación ya ha sido galardonada con dos premios referenciales. El proyecto 'AMA' comenzó como un cortometraje para su Trabajo de Fin de Grado y se siguió desarrollando hasta llegar al resultado actual. La película puede ser considerada como un viaje: “En el que se empieza juzgando al personaje y al final, solo quieres abrazarla”.
Sobre el arrepentimiento y el abandono
La película se apoya sobre dos ejes principales: el arrepentimiento y el abandono. La directora, junto a la guionista Nuria Dunjó, se informó sobre ambos conceptos y encontró el libro 'Madres arrepentidas' de la socióloga israelí, Orna Donath. Asimismo, consultaron a distintos profesionales: "Hablamos con educadoras sociales, psicólogas, servicios sociales y con madres para entender la posición de las madres que se arrepienten de serlo”.
Respecto al abandono, ella expresa que pese a no haberlo sufrido nunca es un miedo que le atormenta. Considera que es posible que provenga de la sobreprotección experimentada: “Al sobreproteger generas una zona de confort y cuando sales un poco de ella, da terror”.
¿Qué es ser madre?
La visión que tenía Júlia de Paz de la maternidad ha cambiado drásticamente, y ya no le exige tanto a su madre: “Ahora es más como mamá céntrate en ti, más autocuidado”. La película ha sido terapéutica para el equipo entero. Un equipo que ha apoyado incondicionalmente a la joven directora: “Cuando me caía me levantaban. He tenido mucha suerte con ellos. Algunos son compañeros y compañeras de la ESCAC y era nuestro primer proyecto que hemos hecho juntos y juntas. Me lo he pasado genial.”
La principal reivindicación del filme era difuminar ese halo que envuelve a todas las madres, cuando cada una de ellas tiene una situación muy diferente: “El problema que hay con este mito de la maternidad es que se exige lo mismo a todas las madres desde la misma perspectiva óptica y hay que tener en cuenta igualmente el trasfondo laboral y social. No se le puede exigir lo mismo a todas las madres”.
La directora quería tener muy en cuenta la arista social de esta problemática y retratar con conciencia de clase una realidad muy dura: “Hay muchas Pepas. Puede ser nuestra vecina, nuestra mejor colega y nunca les damos voz y a veces incluso, le damos la espalda”.