Helena Maleno: "Una vez se llevaron únicamente el horario de mi hija para amenazarme"
Aimar Bretos charla con la activista pro derechos humanos y nos cuenta su experiencia en primera persona
"Las muertes en la frontera están dando dinero a las grandes empresas de venta de armas", cuenta Helena Maleno
Madrid
Helena Maleno es activista por los derechos de las personas migrantes, también es fundadora de la organización Caminando Fronteras y lleva muchos años alertando a las autoridades marítimas cuando alguna patera pide ayuda. Maleno conversa con Aimar Bretos en una entrevista profunda, reposada y necesaria. "Tengo la suerte de pertenecer a un colectivo que lucha por el acceso a fronteras, defendemos la vida en las fronteras y al hacerlo nos encontramos con situaciones de muerte", describe.
Sobre la primera llamada que recibió ella relata: "Pensé claramente, "ojalá esto no se repita más", pero se fue repitiendo y ese teléfono, yo, mi vida, fue atravesada por la frontera". Ella llegó a Marruecos en 2002 para hacer una investigación sobre la externalización de fronteras, se encontró una verdadera ciudad informal, una ciudadanía que se mueve. "No como nos contaban (...) Había apoyo mutuo, historias y eso fue atravesándome", explica.
"Nunca sabemos cuándo salen las embarcaciones, la gente guarda eso celosamente para que puedan salir, hay dos maneras de que nos lleguen las llamadas. Desde la propia embarcación, por ejemplo en el Estrecho siempre llaman y en otras ocasiones cuando se están hundiendo", asegura Maleno.
"Son buenos tiempo para las políticas de control migratorio, la gente cada vez está más desesperada. El negocio de las empresas de armamento es cada vez más grande. Detrás de Frontex están las principales empresas de venta de armamento, las que están vendiendo armas en Afganistán y que pondrán trabas para que los afganos no lleguen. Las muertes en las fronteras están dando dinero a todas estas grandes empresas", afirma la activista.
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Sobre la experiencia más dura, el episodio más tétrico que ha vivido no tiene dudas: "La muerte de uno de mis compañeros (...) Fue uno de esos momentos en los que Marruecos decidió abrir la frontera. Muchas barcas salieron esos días. De repente escuché el mar, gritó y gritó, estaban en el agua y sus cuerpos nunca aparecieron (...) Yo muchas veces voy a su Facebook para ver las fotos, los comentarios que me puso". "El día que deje de llorar lo dejaré porque me habré convertido en una pieza más del sistema", sentencia.
Su expulsión de Marruecos se materializó el pasado 23 de enero cuando intentaba entrar de nuevo a Tánger, donde residía con su familia desde hace 20 años. La policía marroquí le denegó la entrada y fue deportada en un vuelo a Barcelona. "Fuimos descubriendo que llevaba siendo investigada desde hace tiempo, descubrimos un dosier donde Marruecos pedía cadena perpetua. Me tocó defenderme y a partir de ahí me retiraron todos mis derechos (...) La criminalización continúa y una de esas armas fue la deportación", explica.
"En mi casa han entrado varias veces para llevarse cosas que no son de valor y dejarme mensajes. Una vez se llevaron solo el horario de mi hija. Habían entrado en mi vida. Lo que mi familia y yo hemos vivido ha sido tortura, es así como funciona la frontera con las personas migrantes", dice emocionada. "A mí me han amenazado y han intentado asesinarme", añade.
Helena Maleno
29:59
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Víctor Olazábal
Subdirector de Hora 25. Antes fue corresponsal en India para diversos medios españoles. Especializado...