COP26: Cumbre del clima, visión económica
Nunca una cumbre fue tan urgente, nunca su contenido fue tan relevante y nunca su resultado fue tan irrelevante. Por el momento, la COP26 se ha limitado a discursos políticos grandilocuentes, carentes de apoyo económico. ¿Está habiendo un verdadero cambio de modelo de negocio? Lo analizamos con Joaquín Robles, en XTB.
Cumbre del clima, visión económica
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Madrid
El G20, la reunión de los veinte países más industrializados -responsables del 80% de las emisiones de CO2 del planeta-, más allá de reconfirmar el compromiso de evitar que la temperatura global se eleve más de 1,5º, no ha puesto en marcha medidas inmediatas que puedan frenar el cambio climático. La erradicación del carbón y los combustibles fósiles eran dos de las principales áreas a trabajar, y los avances han sido minúsculos: prohibir el carbón internacional, por una parte, pero sin compromiso de dejar de consumir carbón nacional; por otra, un compromiso para que las emisiones en el 2050 sean neutras.
Una cumbre climática ante la que el Fondo Monetario recuerda que los compromisos y los progresos hechos por los países en los últimos años son insuficientes para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones y de limitar la subida de la temperatura. Y especialmente reitera que las diferencias entre países son la mayor amenaza para lograr lo pactado.
Según sus cálculos, con los compromisos actuales no se alcanzará ni la mitad del objetivo. Y por eso pide un esfuerzo adicional que cifra en entre un 0,2 y un 1,2% del PIB para mitigar el calentamiento global. Y para ello apuesta por dos vías: la de que los países ricos cumplan con el compromiso de liberar 100.000 millones al año para ayudar a la transición climática de los países menos ricos y la de imponer un precio de 75 dólares por tonelada de carbono emitida a la atmosfera.
Sin embargo, pese a los compromisos que están enunciando los diferentes gobiernos, lo cierto es que las compañías petroleras siguen disparando sus beneficios. Es el caso, por ejemplo, de la saudí Aramco, que ha incrementado, en los primeros nueve meses de este año, un 158% sus beneficios, hasta los 30.400 millones de euros.
"A corto - medio plazo el petróleo va a seguir ahí. Las renovables claro que son el futuro pero necesita de mucha inversión, es algo que va a llevar todavía décadas" explica en Hora 25 de los Negocios Joaquín Robles, analista de XTB.
"Pay them more" (Segunda parte)
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en el segundo trimestre 2021, el coste salarial de las empresas españolas bajó un 0,5% respecto al primer trimestre. Una caída que es aún más pronunciada si se compara con lo ocurrido desde el año pasado: desde entonces el coste salarial ha caído un 2,8%. Se trata de una realidad que afecta especialmente a España -y es que, en otros países, como Estados Unidos o Alemania, sí se están subiendo incrementos salariales del 4% y el 5%, respectivamente- y que está derivando, en ciertos sectores, como el del transporte, en una carencia de mano de obra que convive, por otro lado, con una tasa de paro que roza el 15% -se sitúa en un 14,57%- según la última Encuesta de Población Activa.
“Este año más de 15.000 españoles se fueron a Francia a trabajar a la vendimia. ¿Me puede explicar que miles de personas se vayan a trabajar fuera si las empresas no tienen trabajadores aquí? Le voy a dar la respuesta, es muy sencilla: el salario y las condiciones de trabajo” señalaba la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hace unos días en su comparecencia ante el Senado.
Esa es la idea de la que parte Miquel Puig en su obra ‘Los salarios de la ira’, en la que denuncia que los salarios viven una “glaciación” desde principios de la Transición. Concretamente, tras la registrada en el siglo XIX, esta sería, según este autor ‘la segunda glaciación salarial’.
“El salario medio, no en España sino en todo Occidente, tanto en Europa como en Estados Unidos, está congelado desde mediados de los 70', desde hace más de 40 años. Hablo del salario medio, no del de todo el mundo, porque hay gente que ha salido ganando” señala Miquel Puig en Hora 25 de los Negocios. “Yo lo que defiendo es que los salarios tienen que subir. No en este momento, necesariamente, pero tienen que subir para recuperar el terreno perdido en estas cuatro décadas. Primero porque es de justicia, y segundo porque, si no, se nos va el sistema con ello”.
“Como mínimo los salarios tienen que empatar con los precios” apunta Puig, en relación con el dato de IPC del 5,5% registrado en octubre. “De todas maneras, los precios no están subiendo en este momento porque los salarios estén subiendo, al contrario, los precios se han mantenido durante mucho tiempo muy estables porque los salarios estaban estables. Ahora los precios están subiendo por dos motivos: uno, porque se están produciendo escaseces de productos por un tema de ciclo económico, y hay otro factor, coyuntural, que es que nos hemos embarcado en una transición digital y, sobre todo, energética, tremenda” defiende.