Menopausia: guarda tu compostura
"La narrativa menopáusica contemporánea, enfocada en la negación del síntoma, empeñada en el mensaje positivo, equivale a los manuales de la buena esposa de los años cincuenta: es un retroceso a la era de las cavernas"
Menopausia: guarda tu compostura
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Buenos Aires
Leo en el texto inédito de una colega que "en 2020 había en el mundo 985 millones de mujeres en menopausia o posmenopausia, y se espera que el número aumente a 1.000 millones en 2030 y 1.650 millones en 2050". Eso significa que, en quince años más, la cantidad de mujeres en menopausia equivaldrá a la población actual de China. Sin embargo, el tema no ocupa espacio relevante en la conversación privada o pública ¿Hablan los adultos con sus hijos acerca de la menopausia, así como suelen hablar de menstruación? ¿Sabe alguien algo de la menopausia de su madre, su hermana, su tía: cuándo empezó, si hubo síntomas, cuáles fueron? ¿Hay campañas gubernamentales en torno a algo que afecta la salud, el desempeño laboral y la psiquis de cientos de millones de personas? Ni siquiera se la designa con un verbo claro: ¿se es menopáusica, se está en la menopausia, se entra en ella? Mientras las miradas contemporáneas más lúcidas cuestionan los roles tradicionales de la mujer –la maternidad, la lactancia, las labores de cuidado–, el escaso relato existente sobre la menopausia es una herencia del jurásico. La mayor parte de las publicaciones que abordan el tema muestran imágenes de mujeres canosas pero sonrientes y magníficas, una advertencia de que, a pesar de la pérdida de calcio, la caída en picado de las hormonas, la depresión, la disminución del deseo sexual y los sofocos, la consigna sigue siendo la de nuestras abuelas: guardar la compostura, estar espléndidas. Suele hablarse de esta etapa como de "una gran oportunidad para experimentar el sexo sin el riesgo del embarazo", y "disfrutar de la independencia ahora que los hijos se han ido de casa". ¿Y las que ya disfrutaban del sexo; y las que ya eran independientes; y las que no tuvieron hijos? La narrativa menopáusica contemporánea, enfocada en la negación del síntoma, empeñada en el mensaje positivo, equivale a los manuales de la buena esposa de los años cincuenta: es un retroceso a la era de las cavernas. En el año 2000 se decidió que el 18 de octubre sería el Día Mundial de la Menopausia. Coexiste en ese mes con el día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de mama (el 19) y el Día Mundial de la Osteoporosis (el 20), un problema que afecta sobre todo a las mujeres. Me interesan las lecturas subliminales: hay algo en esa secuencia, en la constelación que forman cáncer, osteoporosis y menopausia, que resulta irritante y revelador. Como si fuera un manifiesto inconsciente, una involuntaria declaración de principios.