El enfrentamiento Ayuso-Casado, una auténtica guerra, la lucha por el poder

Madrid

Pedro Sánchez ha ido cosiendo las heridas que dejó el momento más convulso del PSOE. Solo quedaba el repunte final en Andalucía. La etapa de Susana Díaz pasó ayer definitivamente a la historia y Juan Espadas, actual alcalde de Sevilla, recibió todo el apoyo y el calor de su partido para encomendarle una tarea que no se presenta sencilla, recuperar el poder en Andalucía. El principal granero de votos socialista, desmovilizado en las últimas elecciones, deberá poder ponerse a tono en un tiempo indeterminado, porque nadie es capaz de asegurar qué va a hacer el presidente de la Junta, Moreno Bonilla, con la fecha electoral.

Así pues, con la paz llega el trabajo, a contrarreloj, para intentar volver a ilusionar al electorado que tiró la toalla con Susana Díaz. Un buen resultado en Andalucía daría tranquilidad a un Pedro Sánchez, acechado por las encuestas que le dan, mayoritariamente. Al menos, las elecciones andaluzas, sean cuando sean, pillan al partido tranquilo, y con su presidente más centrado en los incendios dentro del Gobierno o con sus socios parlamentarios. Pero eso ya es otra cosa.

Que el PSOE haya conseguido encontrar la estabilidad, contrasta, y mucho, con el punto de efervescencia que vive el Partido Popular. El enfrentamiento Díaz Ayuso-Pablo Casado va camino de convertirse en una auténtica guerra. Esta vez, las pulsiones autodestructivas, más habituales en la izquierda, han cambiado de bando e intranquilizan a un partido que se proponía navegar sin obstáculos por las tranquilas aguas que disponen las encuestas hasta el resultado final.

Pero parece que Isabel Díaz Ayuso no se lo va a poner fácil a Pablo Casado y los barones populares empiezan a ponerse nerviosos. A ver si la que se está liando en Madrid acaba por pasarle factura a todos. Y lo que está pasando en Madrid es ni más ni menos que la lucha por el poder. Ni siquiera se trata de dos modelos de partido diferentes, ni de una cuestión ideológica, esto va de poder. Y la hemeroteca está llena de grandes fracasos que empezaron con una pelea por el poder.