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La vida es un tablero de ajedrez

Francesc Miralles recomienda el primer libro de autoayuda basado en este deporte: 'El juego de la vida', escrito por Adriana Hernández Planillas

Tablero de ajedrez / sarote pruksachat Getty Images

'El juego de la vida' es un libro escrito por una jovencísima autora, Adriana Hernández Planillas, que nos enseña que de este noble deporte podemos extraer lecciones para nuestra vida.

1) Primera lección del ajedrez: eres responsable de lo que te sucede

El ajedrez no deja de ser una versión elevada al infinito de los populares libros de Sigue tu propia aventura. ¿Te acuerdas? Empezabas a leer y al final de cada capítulo tenías dos o tres opciones. Según la que escogías, te mandaba a una página determinada, donde la aventura proseguía por un determinado camino para que volvieras a decidir al final del capítulo. Una decisión acertada te llevaba a un final feliz, y la más desafortunada podía conllevar la cárcel o incluso la muerte. Sin llegar a estos extremos, el mensaje del tablero de 64 casillas, de la partida por empezar, es que eres responsable de lo que te sucede.

2) Segunda lección del ajedrez: se puede ganar empezando con negras

Si observamos el punto de partida existencial de distintas personas, está claro que algunas empiezan a vivir con negras. Nacer en una familia disfuncional o sin recursos, o haber sufrido violencia física o psicológica en la infancia supone una desventaja a la hora de jugar el torneo de la felicidad. Sin embargo, no es en absoluto decisivo, al igual que las negras ganan casi la mitad de las partidas.

Las personas resilientes saben convertir sus inicios en mera anécdota, ya que para ellas no cuenta de dónde vienen, sino adónde van.

3) Tercera lección del ajedrez: la apertura condiciona toda la partida

¿A qué equivale la apertura en la vida? Sin duda, a la primera impresión que causamos cuando iniciamos una relación, da igual del tipo que sea. Afirmaba Oscar Wilde que “nunca tendrás una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”. ¿Y qué podemos hacer para una óptima apertura personal? Según los expertos, estas serían algunas de las claves:

a) Sé natural, no te esfuerces en ser nadie más que tú.

b) Practica la empatía. Interésate sinceramente por los problemas y la situación de la persona que tengas delante.

c) No critiques ni te quejes, un discurso negativo no te dará popularidad. Al contrario, te colocarán el sambenito de persona negativa y generarás desconfianza, porque temerán ser la próxima víctima de tus dardos.

e) Equipárate al otro. Busca un terreno común para que tu interlocutor esté cómodo. Si alardeas de tus títulos académicos ante alguien sin estudios, le harás sentir inferior.

f) Vigila tu lenguaje corporal. Tu cuerpo también habla de quién eres y de lo que se puede esperar de ti.

4) Cuarta lección del ajedrez: da un paso cada vez

Moverse escaque a escaque, como el rey o el peón, podría encarnar una manera de ir paso a paso, la esencia del Kaizén, el arte japonés de la mejora continua a la que dedicaremos más espacio en el capítulo dedicado al peón. Tal como lo define Masaaki Imai: “La esencia del Kaizen es que no debería pasar un solo día sin alguna clase de mejora.”

5) Quinta lección del ajedrez: es mejor un mal plan que ningún plan

Ya que hablamos de malos planes, siempre preferibles a no tener ninguno, ¿cómo sería un plan realmente inteligente y eficaz? En coaching se usa justamente el acrónimo SMART —inteligente— para fijar las cinco características de un plan así:

S de Specific, en inglés, es decir, ESPECÍFICO. Un plan no sirve de nada a no ser que lo concretemos bien.

M de MEDIBLE. Necesitamos saber a qué distancia estamos de la meta y qué etapas nos llevarán hacia ella.

A de ALCANZABLE en este momento de tu vida. Hay metas que solo podemos conseguir después de que hallamos alcanzado otras previas.

R de RELEVANTE. Si lo que deseas no te resuena en lo más hondo, si no va a marcar una diferencia en tu vida, no tendrás motivación para lograrlo.

T de TEMPORALIZADO. Ha de tener una fecha de inicio —sin eso el plan es puro humo— y de culminación, un deadline.

6) Sexta lección del ajedrez: disfrutemos de la partida mientras dure

Con el ajedrez como metáfora de la vida, hay una sabia y atemporal reflexión que Miguel de Cervantes incluyó en su obra cumbre:

"—Brava comparación —dijo Sancho—, aunque no tan nueva, que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que mientras dura el juego cada pieza tiene su particular oficio, y en acabándose el juego todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura".

Así pues, juguemos con esas piezas hasta que se desgasten. Disfrutemos al máximo la partida de nuestra existencia.

 
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