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Fantasmas en el Soho

Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy visitan el famoso barrio londinense en la última película del director Edgar Wright

Anya Taylor-Joy y Tomasin McKenzie, protagonistas de Última noche en el Soho / FOCUS FEATURES LLC

Madrid

En efecto, la acción de Última noche en el Soho transcurre en este popular barrio londinense, célebre desde hace décadas por su ambiente y vida nocturna, pero en dos épocas distintas. Thomasin McKenzie, la actriz a la que vimos en títulos como Jojo Rabbit o, más recientemente en Tiempo, interpreta a una chica que viaja al Londres de hoy en día para estudiar moda, mientras que Ana Taylor-Joy, la protagonista de la serie de televisión Gambito de dama, da vida a una joven que, en los años 60, intenta comenzar una carrera como cantante en los famosos clubes del distrito. La primera de ellas, todas las noches, en una especie de viaje en el tiempo psicológico, revivirá las miserias y penurias que la segunda padece mientras pretende hacer realidad su sueño.

Con estos mimbres Edgar Wright, el director de películas como Baby Driver o Scott Pilgrim, contra el mundo, realiza una película que mezcla distintos géneros: el musical, el thriller psicológico e incluso el cine de terror o el gore, con claras referencias al trabajo de directores como Alfred Hitchcock o Michael Powell y a su película El fotógrafo del pánico. “Creo que la idea de la película viene de mi intención de adentrarme en el thriller psicológico. Antes de empezar a escribir el guion trataba de acercarme a esos géneros que todavía no había tratado y quería ponerme en ese lugar. Me gusta el trabajo de directores como Michael Powell y Alfred Hitchcock. Han hecho los thrillers psicológicos que más me gustan y quería llevar ese género y ambientarlo en Londres”, contaba el director en la presentación del film en la pasada Mostra de Venecia.

Pero el artefacto que construye Wright funciona solo a medias. La película tiene momentos deslumbrantes, como el primer “viaje” de McKenzie al Soho de los sesenta y su “encuentro” con Ana Taylor-Joy. Un listón que Wright no puede superar. A partir de ese momento el film decae. Se hace reiterativo y degenera hasta caer en la vulgaridad, con mucha sangre y sorpresa final incluso con psicópata incorporado.

Anya Taylor-Joy y Matt Smith, protagonistas de Última noche en el Soho

Anya Taylor-Joy y Matt Smith, protagonistas de Última noche en el Soho / FOCUS FEATURES LLC

La película es una estupenda oportunidad, eso sí, para ver viejos rostros del cine clásico británico, como el maravilloso Terence Stamp o la recientemente fallecida Diana Rigg. También para escuchar viejas canciones de los años 60, con homenajes a cantantes como Cilla Black, Dusty Springfield o Petula Clark. Anya Taylor-Joy, por ejemplo, canta una versión del Downtown a capela. “Crecí escuchando la colección de discos de mis padres de los años 60 que heredé yo. Estaba obsesionado con esos discos, lo mismo que el personaje que interpreta McKenzie en la película. Cuando escucho esa música me hace volver a los sesenta. Todas las canciones que suenan en el film significan mucho para mí. Cuando escribía el guion escuchaba canciones que me llevaban a esa historia”, confesaba Edgar Wright en Venecia.

Música y canciones; una denuncia de los comportamientos machistas de la década de los sesenta, mostrando el peaje que debían pagar muchas jóvenes que soñaban con ser estrellas de la canción; una película de misterio y terror con fantasmas del pasado y sangre. Todo esto se encuentra, de manera desigual, en Última noche en el Soho.

Elio Castro

Elio Castro

Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...

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