Benjamín Prado: "Almudena Grandes ha sido una de las personas más buenas de este planeta"
El escritor ha hablado en La Ventana de su amistad con Almudena Grandes, de la que se ha despedido en un entierro multitudinario en Madrid, donde ha afeado la ausencia de los dos dirigentes de la capital, la presidenta de la Comunidad y el alcalde de Madrid
Benjamín Prado en La Ventana de los Libros: “Almudena Grandes ha sido una de las personas más buenas de este planeta”
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Madrid
España despidió a la escritora Almudena Grandes con un emotivo homenaje en el cementerio civil de la Almudena de Madrid dos días después de que falleciera a causa de un cáncer. Para Benjamín Prado, amigo íntimo de Almudena, la despedida llegó antes de lo previsto.
El colaborador de La Ventana explicaba en un artículo de infoLibre que acudió el mismo sábado a casa de la escritora para poder despedirse de ella, pero que llegó minutos después de que falleciera. En La Ventana de los Libros, con programa especial en recuerdo de Almudena Grandes, hablaba de sus sensaciones tras el entierro: “Vengo de enterrar a una hermana y mal, realmente”.
Ausencias notables
“El entierro de Almudena ha sido de una emoción extraordinaria, ha sido una cosa increíble, el amor que ha generado esta mujer en tanta gente es maravilloso”, asegura, “lo que hace doblemente feo que haya habido ausencias tan mezquinas como la de la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de Madrid que no hayan pasado ni por el tanatorio ni por el cementerio es una cosa terrible”.
Ni la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ni el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, han acudido al entierro o al tanatorio, como sí lo hizo entre otros el presidente Pedro Sánchez. Entre las condolencias públicas sí se encuentra el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, que con este tuit recordaba a la escritora.
Prado explica esta falta de reconocimiento a la escritora, que nunca escondió su ideología de izquierdas, “con la palabra mezquindad, con el miedo a perder cuatro votos de Vox imagino, y con una idea rastrera de la política, porque yo creo que cualquier persona normal de este mundo entiende que los niños y los muertos es otra liga, no se puede juzgar de la misma manera”.
La casa de Almudena siempre estuvo abierta
Aun así, para Prado hay mucho más bueno para recordar que este pequeño incidente: “¿Cómo me voy a quedar con eso cuando he tenido la suerte durante treinta años de disfrutar de una de las personas más generosas, más honradas y más buenas de este planeta, que era Almudena Grandes?”
“¿Cómo me voy a olvidar yo de cómo ha tratado Almudena a mi familia, a mis hijos, a mi madre, a mí mismo, de su manera de compartir de su cocina abierta para que fueras a comer cuando quisieras, de su llave en la mano para que pudieras abrir la puerta de su casa cuando te hiciera falta, de su teléfono siempre dispuesto para que le pidieras un favor a cualquier hora?”
Prado ha agradecido también a los “cientos y cientos de ciudadanos y ciudadanas con los libros de Almudena en la mano, un acto de amor, de dolor compartido, de sensación de orfandad, de pérdida, de ‘este mundo va a ser peor sin Almudena Grandes entre nosotros’”.
La incitativa del entierro, al que casi todos los asistentes acudieron con un libro de la autora, corrió a cargo del periodista Ramón Lobo, que en su cuenta de Twitter.
“Las redes a veces tienen estos detalles bonitos”, reconocía Prado, “le comentaba a Ana Belén, ‘mira, es como un entierro con algo decimonónico, muy acorde con las novelas de Almudena Grandes’, en el cementerio civil, la gente con las novelas arriba, tiene un poquito de siglo XIX todo esto”.
Un primer encuentro menos agradable
Prado también ha recordado cómo conoció a su amiga, el inicio de una amistad muy poco convencional: “Cuando yo conocí a Almudena estaba en Sitges. Yo estaba entonces trabajando en Diario 16, y me había mandado el libro la editorial y le había dicho a la editora ‘vaya ladrillo’. Y entonces de pronto estaba sentado en una mesa cenando y una chica alta, morena, con el pelo rizado, que terminó siendo Almudena Grandes, me dio así por detrás y me dijo ‘conque ladrillo, ¿eh?’, y así conocí yo a Almudena Grandes”.
Desde entonces, explica, su vida mejoró en todos los aspectos: “Si yo no hubiera conocido a Almudena, sería peor todo. Peor escritor, peor padre, peor amigo”.
“Eso es una deuda de gratitud enorme que no sé con qué se puede pagar”, concluye, “quizá con la memoria, con el recuerdo, con el amor”.
Paula García
Redactora en prácticas en La Ventana desde 2021. Previamente en la Agencia Efe en Madrid y Berlín, Alemania....