Se buscan jóvenes para la alimentación del futuro
El sector agrícola insta a agarrarse a aquellos jóvenes con vocación que quieran trabajar en el sector para que haya un traspaso
Madrid
Los trabajos agrícolas no son una ciencia exacta. Muchas veces el éxito o no de una temporada depende de factores externos -como el tiempo, por ejemplo- o de la maña de cada uno para sacar adelante su trabajo. Estos oficios, además, evolucionan mucho gracias al conocimiento colectivo. Como cuenta Ana Corredoira, ganadera, ella se fija mucho en los otros para saber lo que funciona: “Creo que todo lo que he crecido y madurado en este sector es gracias a tratar de empaparme de esas personas que llevan muchos años trabajando”. Tiene claro que “aquello que funciona hay que copiarlo” y cuenta que, a la hora de desarrollar su proyecto se ha encontrado con personas que les han abierto sus casas para ayudarles a crear su lugar en lo rural.
En el caso del pescador Manolo Presas, dice que el conflicto entre los pescadores “es inevitable”, “la innovación va unida de la polémica”. Cuenta que cada vez que prueba, una máquina nueva, por ejemplo, “siempre hay esa picaresca”.
Otra de las adversidades a las que se enfrentan los sectores agrícolas es el relevo generacional. “¿Cómo va a haber relevo generacional si no hay qué pescar?”, se pregunta Manolo. “La flota pesquera está agonizando, si no hay cuotas, no puedes pescar y no se gana”, apunta.
El agricultor Marcos Garcés recuerda que, además de la inseguridad climática, hay que sumar los vaivenes legislativos. “Para ser autónomos necesitamos una inversión tremenda, si te recortan las cuotas te quedas al aire con una inversión que se vuelve insoportable”. Por ello, cree que es “imposible” que alguien se incorpore al sector si no es familiar de alguien que se dedique a ello, “es imposible reunir tanto dinero, no solo es el clima, lo burocrático también afecta”.
Ana quiere ver la luz al final del túnel, aunque recuerda que no se puede "basar el sector primario en la herencia generacional”. Ella misma se está encontrando con generación de jóvenes que tienen ganas e incluso la vocación de trabajar en el campo sin haber nacido con ese trabajo, algo que considera que hay que aprovechar. “Hay muchos casos de jóvenes que no han nacido en una aldea y han decidido irse a lo rural, pero no tienen dinero para comprarse un barco o tierras”. Ana se pregunta cómo se va a gestionar esta oportunidad porque “estamos con una generación que supera los 50 y están en el tiempo de descuento de su activad productiva y económica”. “Hay que hacer el traspaso, por eso debemos agarrarnos a esos jóvenes”. Ahí es donde cree que está “la capacidad de potencial”.