Dembélé le regala el pase a octavos al Barça ante un combativo Linares
Pese a irse perdiendo al descanso, el Barça consiguió el pase a los octavos de final de Copa gracias a un acertado Dembélé
El Barça consigue el pase a octavos de final remontando ante un gran Linares (1-2). Dembélé le amargó la noche de Reyes a los jiennenses, siendo clave en el resultado con el primer gol de los suyos.
Los mejores momentos
La noche de Reyes es una de las más mágicas del año por razones obvias, pero la de hoy en Linares iba a pasar a la historia. Con el pitido inicial, las miradas dejaron de estar en la cabalgata de sus majestades de Oriente para clavarlas en el verde, dejando que la ilusión de los más jóvenes pasase a los más veteranos por estar viviendo algo difícilmente repetible. Dani Alves, uno de los Reyes Magos más célebres de todos los que tenía el Barça de Guardiola, era el que atraía más atención, jugando en una posición difícilmente imaginable para los mortales, ubicándose a caballo entre el lateral derecho y el interior.
Mientras el mundo trataba de descifrar la posición del brasileño teniendo la nostalgia por bandera, el Linares estaba aguantando los envites de su distinguido visitante. Pasado el cuarto de hora de juego, los jiennenses consiguieron asentarse en el campo del Barça, algo prácticamente inédito en el partido. Moviendo el balón, con paciencia, encontraron una brecha por el sector izquierdo de la zaga barcelonista, Francisco José Carnicer puso un gran envío al corazón del área. Hugo Díaz, que estuvo muy hábil ante el mejorable marcaje de Mingueza, buscó el balón en la frontal del área pequeña, batiendo a Neto para anotar un gol que no olvidará nunca.
El Linares, aunque faltase bastante por jugar, se lo empezaban a creer. Cada imprecisión del Barça la castigaban con su intensidad, dando la sensación de tener el control de la situación pese a que la posesión era barcelonista. Xavi desde la banda se desesperaba, siendo la gota que colmó el vaso un mal retorno defensivo en una contra dirigida por Josema Gómez, el central que atendió a 'El Larguero' con un pijama navideño en la previa del encuentro, que por poco acaba en el segundo tanto del partido. Así, con un par de ocasiones que no acabó de concretar el Barça y con la preocupación de que sucediese un contragolpe que ampliase la ventaja local, los jugadores culés pusieron rumbo al vestuario ante un exultante Linares que veía como tan solo 45 minutos lo alejaban de una victoria histórica.
Xavi tenía que quemar sus naves al descanso, metiendo a Dembélé y De Jong por Ilias Akhomach y Riqui Puig, ambos muy desdibujados en la primera parte. El tercer cambio del intermedio fue por necesidad, ya que Araújo tenía molestias en la mano, saliendo del campo por Gerard Piqué. Pese a que el arranque fue mejor que lo visto en los primeros 45 minutos, ese ambiente festivo de la noche de Reyes continuaba estando viciado para el Barça. Aun así, este clima que podría afectar a más de uno, a Dembélé le reforzaba, puesto que no hay ningún futbolista mejor para moverse en algo enrarecido que aquel que vive en la rareza. El francés, que se marchó con una facilidad pasmosa de su marcador sin tocar el balón, encontró el pasillo por el medio, perfilándose para la izquierda y batiendo a un Razak Brimah que pudo hacer más.
Con el tanto, que llegó pasada la hora de juego, el partido se volvió loco. El Linares no se amilanó, invitando al Barça a un intercambio de golpes. Si bien estuvo cerca de sorprender a los de Xavi con un segundo tanto anulado correctamente por fuera de juego, ese juego no favorecía al conjunto jiennense por los espacios que dejaba a su rival a la espalda. En uno de esos ataques rápidos tras una buena ocasión local, el balón llegó a Ferrán Jutglá, que, prácticamente sin mirar a la portería porque ya la tenía entre ceja y ceja, rompió a su defensor y selló la remontada en el minuto 68.
Tras un precioso remate de Carracedo que golpeó la cruceta de la meta de Neto, Dembélé siguió en su labor de regalarle el pase a su equipo. Ya había agitado un encuentro dormido y había indicado el camino de la remontada, pero (y pese a la apatía de su rostro) quería más. Cerca estuvo de conseguirlo, estrellando el balón en el travesaño y dejando más jugadas que demuestran esa calidad acorde al salario que pide en su renovación, pero que tan de vez en cuando muestra.
Así, poco a poco, se fue apagando el partido, dejando al Linares sin el sueño que tan cerca tuvo hasta que apareció el Dembélé más desalmado. Con el pitido final, el Barça selló su pase a los octavos de final de la Copa del Rey, continuando su defensa del título en una de las temporadas más difíciles de su centenaria historia y dejando claro que, aunque muchas veces sea desesperante, pocos futbolistas en el mundo (y mucho menos en el Camp Nou) hay como Dembélé.
Los goles
El tanto de Hugo Díaz
El gol de Dembélé
El tanto de Jutglá
Víctor Diéguez
Periodista según la UCM. Pasión por el deporte y por sus historias.