Evitar chapuzas y esquivar el olvido, nuestro patrimonio bajo amenaza

Madrid

Las chapuzas se han instalado en lo cotidiano y hemos aprendido a convivir con ellas. Ante cualquier reparación casera, el ejemplo más claro, es que se prefiere un apaño rápido que acudir a alguien que sabe. Esta realidad se complica cuando hablamos de la preservación de nuestro patrimonio.

La Lista Roja de la Asociación Hispania Nostra llama a que se preste atención a más de 1.000 monumentos que se extienden por todo el territorio nacional y que están en riesgo de desaparición o deterioro grave. Víctor Antona, arqueólogo y miembro de esta asociación, considera que el problema es “que tenemos un patrimonio que es descomunal”.

Cuidar de ese patrimonio y, al fin y al cabo, preservar nuestra historia requiere de tiempo y de recursos. En definitiva, de proyectos y políticas que superen los cortoplacismos y aborden la situación con altura de miras y perspectiva a largo plazo. Víctor Antona señala que lo fundamental es el “convencimiento de que hay una sociedad detrás que defienda ese bien”. Porque fenómenos como el de la despoblación tienen como consecuencia directa el abandono y el descuido por la gente de monumentos y edificios históricos.

La propiedad y gestión de estos bienes en España recae en muchas manos, desde distintos niveles de la Administración hasta pequeños propietarios. Lo que agrava la situación porque en muchos de los casos, según ha destacado Víctor Antona: “No tienen capacidad ecónomica ni recursos para poderlo conservar”.