El acusado del crimen de Entrena usó "burdas coartadas para despistar a investigadores"

Un guardia civil, que realizó el atestado por la desaparición de Javier Ovejas en Entrena, ha declarado este miércoles en el juicio que su presunto asesino telefoneó a varias personas en las horas posteriores para que le acompañasen en coche a Logroño y usarlo como "burdas coartadas para despistar a los investigadores".

Este es uno de los ocho agentes de la Guardia Civil que han declarado en la tercera jornada del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de La Rioja contra Óscar P.R., como presunto autor del asesinato en Entrena en julio de 2021 de Ovejas, cuyo cuerpo no ha aparecido.

Según ha confirmado el agente que tomó declaración a la novia de Ovejas y a varios testigos, el joven de 31 años desaparecido acudió a casa del acusado el 29 de julio de 2021 sobre las 21:30 horas, pero nunca regresó y allí se quedó aparcado su coche con el perro dentro.

Dos vecinos oyeron gritos de alguien que pedía auxilio, un disparo y a los perros que ladraban, ha agregado, y desde la ventana vieron una furgoneta blanca que salía del patio de la casa del acusado. El atestado realizado por la Guardia Civil confirma en sus conclusiones que "rotundamente Óscar P.R. es el autor de la muerte de Javier Ovejas", ha asegurado el secretario de este informe.

Ampliar

La coartada

Este guardia civil también tomó declaración a otros testigos, algunos de los cuales, después, llevaron en su coche al acusado desde Entrena a Logroño, donde tenía aparcado su coche averiado.

Este investigador ha insistido en que realizó varios viajes la noche de la desaparición y al día siguiente para tener "una coartada" sobre el lugar en el que se encontraba.

En este sentido, un testigo ha declarado en el juicio que el 30 de julio de 2021, por la noche, le pidió que le llevase una garrafa de aceite para su coche averiado aparcado en Logroño, pero no encontró de la marca del vehículo, por lo que le llevó con otros dos conocidos hasta su casa en Entrena.

En el domicilio del acusado, este testigo lo notó "alterado" cuando hablaron sobre la desaparición de Ovejas, ocurrida la noche anterior, y también le contaron que este joven le había robado unas monedas y billetes de colección valoradas en mucho dinero.

"No estuve en casa de Óscar más de 15 minutos. No me sentía a gusto por el ambiente y no entendía ciertas cosas. Se hablaba de la desaparición de alguien, me entró miedo y me fui a casa", ha explicado este chico.

Al día siguiente, el acusado volvió a llamarle para ir a Logroño a intentar reparar el coche, "estaba nervioso y sin mucha intención de repararlo", incluso le pidió ir a tomar algo a una terraza, "algo que nunca había hecho".

Una escenificación contra él

También ha dicho que el procesado le llamó días después y le contó que Ovejas había aparecido en una balsa en Calahorra; cuando le pidió más datos empezó a divagar y le dijo que "se la habían jugado y todo era una escenificación contra él".

El Ministerio Fiscal reclama una pena de 22 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y otro año por tenencia de armas y una indemnización de 300.000 euros para la novia y la familia de la víctima.

Por su parte, las acusaciones particulares ejercidas por el padre y la pareja de Ovejas piden penas de 25 y 3 años, por los mismos delitos, y 100.000 euros de responsabilidad civil; y la defensa del procesado solicita su libre absolución.

Mañana, cuarto día de juicio, está previsto que testifiquen como peritos seis guardias civiles que participaron en la investigación, algunos de ellos por videoconferencia.