"La salida de emergencia era una trampa mortal"

Logroño

Sabemos ya que la discoteca de Murcia en la que ocurrió el trágico suceso de este fin de semana funcionaba sin licencia. Y esto es terrible, porque el drama asciende ya a 13 personas fallecidas. Es el suceso de este tipo más trágico en nuestro país tras lo ocurrido en la discoteca ‘Flying’ de Zaragoza en 1990, donde murieron 43 personas. Y más víctimas aún se cobró el incendio en la discoteca ‘Alcalá 20’ de Madrid en 1983, donde murieron 81 personas.

Pero hay más casos en esa mirada al pasado... y también en La Rioja, y también con incumplimientos de normativa de por medio. El más grave ocurrió en Calahorra, fue un 9 de noviembre de 1978, cuando el fuego arrasó el bingo ‘Lope de Vega’. Fue a las 23:15 cuando se jugaba el cuarto cartón de la noche, la sala se quedó a oscuras y el fuego se originó junto a la salida principal. Seis personas murieron y 14 resultaron heridas. Entre los supervivientes estaba Manolo, que permaneció 98 días en la UVI en el hospital de quemados de Zaragoza. Sin poder evitar emocionarse relata que “desgraciadamente lo recuerdo todo porque no me desmayé en ningún momento, Me estaba quemando, me protegí la cara con las manos y también me las quemé, Los que salieron por el cine se salvaron, pero los que acudimos a la puerta de emergencia quedamos allí atrapados”.

Manolo cuenta que “después del pepinazo, provocado por un fallo eléctrico, aquello ardió como una tea”. Y falló todo, la puerta de emergencia estaba cerrada con un candado y además se abría hacia dentro. Si no llega a ser porque alguien desde fuera envistió la puerta con su coche, hubiéramos muerto todos abrasados”.

Gladis, esposa de Manolo, estaba en ese momento embarazada de 8 meses y recuerda lo duro que fue todo aquello, “salimos adelante con el apoyo de la familia porque nadie nos ayudó”.

Tras 98 días en la UVI del Hospital Miguel Servet, Manolo, con graves secuelas, regresó a casa donde lo más duro fue comprobar “que mis hijas no me reconocían”. Después de 17 años de litigios, “gastando mucho dinero en procuradores, no conseguimos ningún tipo de indemnización”.

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“Lo que hace falta es que aquello no vuelva a ocurrir, porque si un establecimiento no cumple las normas no se le puede dar permiso, sea quien sea el gerente. Aquello fue una chapuza”.

Una discoteca en un sótano

El análisis de estos trágicos sucesos, nos lleva a pensar sobre cómo está la situación actual. Y hay casos que ya llevan denuncias de por medio como es la discoteca de Logroño, la ‘Sala Suite’, ubicada en la céntrica calle de Siervas de Jesús, en un sótano. En 2018 el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja permitió que esta discoteca siguiera abierta, pese a la norma de 1985 que prohíbe las actividades de discotecas o salas de fiestas en sótanos. El TSJR señalaba que esta sala se acoge a una norma transitoria para establecimientos ya existentes en los que se permiten reformas, pero no ampliaciones. Y aún estando en un sótano y a sabiendas de lo que puede pasar, ahí están los múltiples ejemplos que nos deja el pasado... esta discoteca, como muchas otras que hay en este país, sigue teniendo licencia para funcionar.

Iván Martínez, arquitecto y miembro de la comisión de seguimiento tecnológico del COAR asegura “que son establecimientos que tienen que cumplir con muchos requerimientos”. Y es algo en lo que se ha avanzado mucho en los últimos años, aunque desgraciadamente esto no ha sido suficiente para evitar una tragedia como la registrada en Murcia".

El último incendio en una discoteca fue en Logroño, en la Bella Época, ubicada en ‘La Zona’. Una deflagración a las 12 de la noche, justo antes de que abriera sus puertas, provocó una explosión que causó graves quemaduras a un trabajador del establecimiento, y que falleció 10 días después en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.