Cuidadanas: otro modelo de cuidados es posible en La Rioja
Un grupo de mujeres abandera este proyecto en favor de una nueva cultura más inclusiva y equitativa en el reparto de los cuidados
El movimiento social Cuidadanas llega a La Rioja para fomentar una nueva cultura en los cuidados (05/10/2023)
Logroño
Cuidadanía surge del maridaje (nunca mejor dicho en la tierra del vino) de dos conceptos: cuidadados y ciudanía. Cuidadanas es una iniciativa que se escribe en La Rioja en femenino plural, con un objetivo muy claro: impulsar un cambio en la cultura de los cuidados. Labores básicas y fundamentales en nuestras vidas que, sin embargo, recaen, en mayor medida, en las mujeres, y, encima, de forma invisible, en muchos casos, y en condiciones de sobrecarga y precariedad.
Este proyecto está impulsado por la ONG Alianza por la Solidaridad - Action Aid, con la colaboración con diferentes entidades y colectivos y la financiación del Gobierno de La Rioja y la Agencia Española de Cooperación Interancional para el Desarrollo (AECID). Mujeres y jóvenes son el público al que se dirigen las principales medidas que se contemplan en este programa.
Una iniciativa que surgió en Nalda y que ha tenido continuidad en Baños de Río Tobía. Ahora preparan nuevas actividades en Logroño y Arnedo durante el mes de noviembre. En estas propuestas participan también la asociación de mujeres de Nájera La Voz de Estefanía, la asociación juvenil ON&OFF, el colectivo Ciudades Cuidadas, la Colectiva Mujeres del Valle del Cidacos, Ecologistas en Acción y Rioja Acoge, entre otros.
Elisa Coterón (ON&OFF), Blanca Rico (Alianza por la Solidaridad) y Daniela Ruggeri (Colectiva de Mujeres del Valle del Cidacos) detallan el proyecto Cuidadanas para promover una nueva cultura en los cuidados, más inclusiva y equitativa.
"Queremos que las mujeres riojanas protagonicen la construcción de sociedades donde los cuidados estén al alcance de todos y todas", destaca una de las responsables de Alianza por la Solidaridad, Blanca Rico.
Una circunstancia que se complica en La Rioja, donde 64 de sus 174 municipios tienen menos de 100 habitantes. "En La Rioja, cada vez hay más personas que requieren de cuidados, ya sean mayores o pequeños, y esta tarea es más difícil de llevar a cabo en las zonas rurales, donde la conciliación es más complicada", añade Daniela Ruggeri, de la Colectiva de Mujeres del Valle del Cidacos.
La Ventana La Rioja (05/02/19)
Los efectos de la pandemia
"La pandemia dejó clara la necesidad de poner los cuidados en el centro, un asunto del que se habló hasta la saciedad, pero del que luego no hemos sabido nada. Así que hemos decidido que seremos nosotras las que nos pongamos manos a la obra por avanzar en esta cuestión", añade.
El envejecimiento de la población -la esperanza de vida en La Rioja se sitúa en 83,2 años, aunque aumenta hasta los 86 años en el caso de las mujeres, por 80 de los hombres, según el Instituto de Estadístista de La Rioja- aumenta la demanda de cuidados. Más aún cuando se pretende que los mayores permanezcan en sus hogares el mayor tiempo posible.
"Los cuidados deben empezar por uno mismo y por su entorno más inmediato", señala Elisa Coterón, de la asociación juvenil ON&OFF. "Es una lección que he aprendido en Camprovín, donde resido, a pesar de ser una chica de Logroño", añade. Una experiencia, la de vivir en un pueblo, que no cambiaría, reconoce, "por nada en el mundo".
Baños de Río Tobía ha acogido una de las primeras actividades del movimiento Cuidadanas en La Rioja para promer una nueva cultura en los cuidados (mayores y niños) más inclusiva y equitativa.
Este movimiento social reivindica los cuidados como un derecho humano fundamental y como una condición necesaria para garantizar el bienestar de todas las personas, con independencia de su edad, sexo, salud o situación económica.
Una iniciativa que suge en España tras la crisis económica de 2008 y que se ha reactivado tras la pandemia. Un proyecto para poner en evidencia la importancia del trabajo de las personas que se dedican a los cuidados. De hecho, el valor económico de los cuidados no remunerados en España se estima en torno al 40% del PIB.