"Debemos orientar nuestra producción a lo que nos está demandando el consumidor de Rioja"
Íñigo Torres, director general de Grupo Rioja, apuesta el fomento de vinos blancos de calidad y de caldos con menor graduación alcohólica
"Debemos orientar nuestra producción a lo que nos está demandando el consumidor"
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Logroño
Una vez conocidas las cifras con las que se cierra la campaña de vendimia de 2024, hemos querido analizar con el sector comercializador, lo que ha supuesto la entrada en bodega de uva en cuanto a calidad y cantidad.
Ha sido una producción escasa, de unos 276 millones de kilos, que ya venía mermada por las partidas de ayuda a la cosecha en verde y a la destilación.
En principio, una cosecha corta no debería ser una buena noticia, pero en el marco actual de descenso de consumo de vino en todo el mundo, puede ayudar a que las bodegas den salida a las existencias de las últimas campañas. Y es que desgraciadamente, a falta de un incremento de las ventas, el reequilibrio pasa, sí o sí, por un descenso de la producción, que es exactamente lo que ha ocurrido en esta vendimia.
Y es que las ventas de Rioja permanecen estancadas en 235 millones de litros en los últimos años. Por ello, la vendimia más corta este año, con 276 millones de kilos, se plantea como una oportunidad para alcanzar el equilibrio en el mercado, según el director general del Grupo Rioja. Una vendimia complicada por las lluvias en septiembre, pero que también viene precedida de medidas correctoras en la producción y en la mejora cualitativa de los vinos. Íñigo Torres asegura que “hay un cambio de hábitos y un descenso del consumo de vino a nivel mundial que nos está afectando gravemente. Por lo tanto, debemos volver al equilibrio, porque cuando lo hay, hay rentabilidad para viticultores y bodegas. Ahora estamos sufriendo las dos partes, haciendo importantes sacrificios para intentar llegar a ese equilibrio que es la clave para el Rioja”.
"El arranque es la última opción"
En su opinión, los próximos pasos deben estar orientados a la mejora del valor tanto de la materia prima como del producto final. Además, el blanco ofrece una oportunidad de mercado para seguir creciendo, “tenemos que convertirnos no solo en la segunda denominación en volumen, sino también en valor. Yo creo que Rioja es capaz de hacer grandísimos vinos blancos que van a tener muchísimo valor, y que eso es algo que está por descubrir no solo para los consumidores riojanos y de la zona norte, sino para todo el consumidor nacional e internacional”.
Torres aboga por seguir aplicando medidas correctoras antes de tomar las más drásticas como es el arranque de viñedo, “antes de arrancar tenemos que hacer cosas más orientadas a lo que nos está pidiendo ahora mismo el consumidor, que son vinos blancos, y para ello estamos fomentando el reinjerto de variedades tintas a variedades blancas, o trabajar también en la línea de conseguir vinos con menor graduación alcohólica... Si todo esto no funciona, siempre nos quedará el arranque, pero es la medida más traumática”.
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