Schroeder reúne a su gobierno para afrontar la crisis económica
Discrepancias internas en el Ejecutivo germano
Berlín
El Gobierno alemán se reúne hoy en un castillo al este de Berlín para debatir sobre la dramática situación de las finanzas del país. El adelanto de la tercera y última fase de la reforma fiscal ocupará el principal debate de este inusual cónclave
En el encuentro participarán también las cúpulas de los partidos socialdemócrata y verde. Además, a esta reunión alejada de las cámaras y los micrófonos el canciller, Gerhard Schroeder, ha invitado al primer ministro de Luxemburgo, el democristiano Jean Claude Juncker, considerado en Alemania como un europeísta convencido.
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Schroeder dará cuenta del encuentro mañana en una conferencia de prensa en la que se espera que explique cómo se puede financiar la reducción de impuestos a la vez que se anuncian nuevas reformas fiscales.
Esta reunión del Ejecutivo alemán se produce días después de que se anunciara el acuerdo con la oposición democristiana para pactar la reforma del sistema sanitario alemán, que requiere el apoyo de la CDU-CSU en el Bundesrat, donde el canciller no tiene mayoría absoluta. Una vez logrado este acuerdo, los principales problemas Schroeder están dentro de su propio Gobierno.
La crisis se centra ahora en el presupuesto: el Gabinete no consigue ponerse de acuerdo sobre el proyecto de presupuesto para 2004 por culpa del enfrentamiento entre el ministro de Hacienda, Hans Eichel, (SPD) y su compañera de partido, la ministra de Salud y Seguridad Social, Ulla Schmidt.
Schmidt consiguió hace semanas meter un gol a Eichel con un alza del impuesto sobre el tabaco, de un euro por cajetilla, para financiar la reducción del coste del seguro de enfermedad. El Gobierno aprobó la subida escalonada del impuesto, que se hará en tres etapas. Eichel se oponía a la subida de impuestos y pretendía lograr la reducción a base de recortes que la ministra no parece dispuesta a realizar.
El resultado es que Eichel no pudo presentar la semana el boceto de presupuesto para 2004, en el que tendrá que ahorrar 15.000 millones de euros para poder cumplir el compromiso que impone la Constitución alemana de que las deudas no superen a las inversiones.
