Fuerte bronca en el Congreso entre PP y PSOE por el transfuguismo

Gabriel Cisneros, del PP, recordó casos de transfuguismo vinculados al PSOE. Joaquín Leguina pidió intervenir y comenzó la bronca. La presidenta del Congreso no pudo poner orden.

Al terminar su intervención en defensa de las propuestas de su grupo, el socialista Jesús Caldera indicó que si el PP no apoya las medidas del PSOE de "regeneración democrática" se sabrá que a los populares "les va bien el transfuguismo" y que "quieren aprovecharse de esas operaciones".

A partir de ahí, el secretario general del Grupo Popular, Gabriel Cisneros, ya apenas se dedicó a presentar las propuestas de resolución del PP, sino que centró su discurso en ataques a los socialistas, empezando por el propio Caldera: "No tiene memoria -le dijo-, se permite calificar de mentiroso a Aznar, cuando usted es un verdadero icono de la mentira, manipuló documentos y tiene pendientes de aclarar 'embrollos' de viajes transatlánticos".

"Eramos muchos los que deseábamos fervorosamente que, tras la salida de Felipe González, el brillante paréntesis de José Borrell y el crepúsculo de Joaquín Almunia, fueran ustedes capaces de resolver sus crónicas pendencias -relató, entre los crecientes murmullos socialistas-. Quisimos creer que el 22 de junio de 2000 habían acertado (cuando Zapatero fue elegido), pero la decepción no puede ser mayor: con todos los vientos a favor, con el Prestige y las guerras, Zapatero perdió estrepitosamente las elecciones autonómicas y ahora asistimos al esperpento Simancas-Tamayo".

Las palabras de Cisneros, que cuestionó los pactos poslectorales del PSOE, fueron encrespando los ánimos de los socialistas. Comoquiera que Cisneros había aludido al socialista Joaquín Leguina, el ex presidente regional pidió intervenir, derecho que le reconoció la presidenta.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

"VETE A TOMAR POR..."

Pero Rudi entendió que Leguina había contraargumentado y decidió dar la palabra de nuevo a Cisneros, lo que desató la ira de los diputados socialistas, que consideraban que el derecho a la réplica no asistía a Cisneros. Comenzaron a golpear el suelo y sus estrados, mientras gritaban desde sus escaños. Incluso, pudieron oirse desde la tribuna algunos improperios del tipo "`Qué vergûenza!" y "`fuera, fuera!", y hasta algún exaltado lanzó un "vete a tomar por...".

El portavoz del Grupo Socialista, Jesús Caldera, instó a la presidenta a leer el artículo 71 del reglamento de la Cámara. Rudi consintió, pero no cambió de opinión y terminó ofreciendo un turno de palabra a Cisneros, quien se disculpó ante Leguina por haberle aludido, aunque se mantuvo en sus críticas.

Su intervención fue respondida desde los escaños socialistas por voces reclamando la dimisión de la presidenta de la Cámara, la cual dio por zanjado el incidente. Sin embargo, la bronca no acabó ahí y, tras la pausas para ordenar las votaciones, Caldera anunció 'in voce' que los socialistas introducían una enmienda al texto de IU sobre regeneración democrática para proponer la reprobación de la presidenta por haberse mostrado parcial y no respetar el reglamento.

Eso sí, una enmienda 'in voce' de estas características necesita el respaldo de todos los Grupos y el portavoz del PP, Luis de Grandes, se opuso a que se sometiera a votación por ser la enmienda "del mal perder".

REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA

El PSOE había presentado una propuesta de resolución en el Debate sobre el Estado de la Nación en la que pide que se pueda quitar el escaño a los diputados "desleales" con la candidatura con la que concurrieron a las elecciones y cuya actitud "desnaturalice" el resultado de los comicios.

Los socialistas proponen que se incluya en la legislación electoral una causa de pérdida de la condición de representante, "consistente en la realización de actuaciones u omisiones que supongan una manifiesta deslealtad hacia la candidatura o la formación política con la que concurrieron a las elecciones".