Detenido un colaborador del ex presidente Estrada por su relación con los militares amotinados en Filipinas
Las autoridades encontraron bandas rojas con el símbolo del grupo "Magdalo"
Manila
Ramón Cárdenas, que ocupó el puesto de viceministro ejecutivo en la Administración de Estrada (1998-2001), fue detenido en Manila, después de que la Policía encontrara en su vivienda material relacionado con los militares amotinados, según fuentes de la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas.
La Policía filipina detuvo hoy al colaborador del ex presidente Joseph Estrada, por su supuesta relación con la sublevación militar contra el Gobierno de Gloria Macapagal Arroyo ocurrida el domingo en Manila, que terminó con la rendición de los cerca de 300 rebeldes.
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Las autoridades encontraron bandas rojas con el símbolo del grupo "Magdalo", como se autodenominaron los rebeldes, uniformes y teléfonos móviles, supuestamente utilizados por el grupo que, en la madrugada del domingo, se pertrechó con explosivos en un céntrico edificio del distrito financiero de Manila.
Joseph Estrada, quien permanece encarcelado por corrupción, fue desalojado del poder por una revuelta popular pacífica en enero de 2001, que aupó a la Presidencia a la entonces vicepresidenta, Gloria Macapagal Arroyo.
NO RECBIRÁN UN TRATAMIENTO ESPECIAL
Los militares pedían la dimisión de Macapagal Arroyo; del ministro de Defensa, Angelo Reyes; del responsable de la Inteligencia Militar, Víctor Corpus, y del jefe de la Policía Nacional, Hermógenes Ebdane. A todos ellos acusaron de corrupción, de organizar atentados y de vender armas a las guerrillas insurgentes.
Tras 17 horas de tensión y después de largas negociaciones, los rebeldes se entregaron y desactivaron los explosivos. La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, aseguró tras el fin de la crisis que "se hará justicia" y que los implicados, ya sean militares o civiles, no recibirán tratamiento especial alguno.
A pesar de lo ocurrido, está previsto que la mandataria pronuncie hoy su discurso sobre el estado de la nación, previsto para las 16.00 horas (08.00 GMT) en el Congreso, donde más de 2.000 policías serán desplegados para garantizar la seguridad.
El teniente Antonio Trillanes, cabecilla de la sublevación, se mostró decepcionado por el curso de los acontecimientos y aseguró hoy que, sean cuales sean las consecuencias para él de los hechos, tiene intención de abandonar el Ejército.
l teniente Trillanes indicó que las aspiraciones del grupo, que pedía la dimisión la presidenta filipina y otros altos cargos de su Gobierno, se han visto "frustradas por un sistema podrido".




