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Blair no da respuesta a la muerte de Kelly y sigue apoyando la guerra

Antes de irse de vacaciones, ha asegurado que los iraquíes están "encantados de haberse librado del régimen de Sadam"

El primer ministro británico, Tony Blair, admitió hoy se enfrenta a una pérdida de confianza por la muerte del asesor David Kelly y que aún debe convencer a la población del Reino Unido de que la guerra contra Irak estaba justificada.

En su última conferencia de prensa antes de las vacaciones de verano, Blair ha insistido en que la invasión de Irak fue "justa" por la amenaza del régimen de Sadam Husein y abogó para que políticos y medios de comunicación del Reino Unido reflexionen por el caso Kelly.

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El Reino Unido vive una seria crisis política desde que, el 18 de julio, fue encontrado el cadáver de Kelly, asesor del Ministerio de Defensa y fuente de una polémica noticia de la BBC que acusaba al Gobierno de exagerar la amenaza de Irak para justificar la guerra.

A sólo dos días de que comience la investigación judicial sobre la muerte del científico, Blair ha evitado las preguntas directas sobre esa crisis -la más seria en seis años de Gobierno-, aunque calificó de "un problema" la pérdida de confianza por parte de la ciudadanía.

"La gente necesita saber que lo que hicimos en Irak fue correcto y estuvo justificado, y es algo que tendremos que hacer valer y probar con el tiempo, tanto en relación con las armas de destrucción masiva, como con las mejoras que se producen en Irak", ha apuntado.

Blair utilizó su comparecencia para intentar pasar página y destacar los "logros" en economía y sanidad de su Gobierno, que el sábado pasará a ser el Ejecutivo laborista más longevo del Reino Unido, pero fue "masacrado", una y otra vez, con preguntas sobre Irak.

Y, aunque se reafirmó en la posición que ha mantenido durante meses, en los que ha sido duramente atacado -"creo firmemente en que Irak era una amenaza que había que confrontar", dijo-, habló menos de las supuestas armas de destrucción masiva de Sadam, que de la mejoría que ha experimentado ese país tras su derrocamiento.

IRAQUÍES ENCANTADOS

"He estado hablando con gente que ha vivido en Irak y me dicen que no hay ninguna duda de que la vasta mayoría de la población está encantada de que su país se haya librado del régimen de Sadam Husein", apuntó el jefe del Gobierno británico.

Sobre su propia permanencia en el poder, Tony Blair indicó que, pese a la caída de popularidad que ha sufrido en los últimos meses, "no ha disminuido" su "apetito" por seguir en el Gobierno, en una posible alusión a que se presentará a un tercer mandato en 2005.

Blair utilizó otro símil parecido para afirmar que "no alimentaré las especulaciones" sobre la posible marcha de su principal portavoz, Alistair Campbell, especialmente castigado por el caso Kelly y de quien se espera su próxima renuncia.

Campbell, jefe de Comunicaciones de Blair, ha sido señalado por los medios británicos como el responsable de iniciar una "venganza" en busca de la fuente de la polémica información de la BBC que, al final, acabó en la muerte de Kelly.

El magistrado James Hutton comenzará este viernes, 1 de agosto, su investigación sobre las circunstancias que rodearon a la muerte de David Kelly, cuyo cadáver fue encontrado en un camino, con las venas cortadas, en un aparente suicidio.

Días antes, responsables del Ministerio de Defensa desvelaron a tres periódicos que Kelly, experto en armas, era la posible fuente de la noticia que acusaba directamente a Campbell de presionar a los servicios secretos para "inflar" las pruebas contra Irak.

Preguntado por si se arrepentía de la agresiva postura de su Gobierno contra la BBC en este caso, Tony Blair sólo comentó: "Lo único que queríamos era que se corrigiese una noticia incorrecta".

 
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