Suecia dice "no" al euro

Los ciudadanos suecos dieron un rotundo "no" a la incorporación de su país a la euro-zona en un referéndum cuyo resultado, según el primer ministro Goran Persson, se debe al mal momento de algunas de las grandes economías europeas.

Prácticamente escrutado el cien por ciento de los colegios electorales, el "no" al euro alcanzó el 56,1 por ciento de los votos, por tan sólo el 41,8 que apoyó la entrada en la moneda única.

Todas las miradas de la jornada electoral estaban pendientes de si el efecto emocional de la muerte de la ministra de Asuntos Exteriores, Anna Lindh, apuñalada el pasado miércoles, podía ser suficiente para dar la vuelta a los sondeos de los últimos meses, que apuntaban a una victoria del "no". Pero la noche electoral descartó estas especulaciones e incluso dejó a Lindh al margen de todos los análisis electorales, que centraron su atención en un Persson vapuleado por el referéndum.

El primer ministro, visiblemente apesadumbrado, reconoció su derrota y la achacó en parte a la mala coyuntura económica que vive Europa. "Lamento que tuviéramos que celebrar la campaña en un momento en el que Europa se encuentra en una coyuntura baja", afirmó el primer ministro en la sede del Partido Socialdemócrata.

El momento para promocionar la adhesión al euro "no fue el mejor", pues la situación económica de Suecia supera a la de varios miembros de la zona euro, donde hay tres o cuatro economías en recesión, dijo Persson sin mencionar explícitamente ningún país.

Persson reconoció que "no es el resultado que quería" y advirtió de que sin el Euro "habrá menos oportunidades para Suecia". Sin embargo, añadió que, por su parte, da por cerrada la campaña y se va a concentrar en seguir con su trabajo.

MÁS DE CATORCE PUNTOS DE DIFERENCIA

La incertidumbre que marcaban las encuestas, tras la trágica muerte de la popular ministra y su hipotético impacto en las urnas, se disipó a la hora de votar.

El "no" al euro no sólo cumplió los pronósticos que hasta el miércoles aventuraron su cómoda victoria, sino que consiguió una diferencia de más de catorce puntos, mayor que las previsiones más generosas a favor de los detractores de la moneda única.

Los suecos dieron en las urnas la espalda a las recomendaciones de los cuatro principales partidos políticos y la apuesta personal por el euro del primer ministro socialdemócrata.

FRENO AL EUROPEÍSMO

Los partidarios del "no" celebraron eufóricos un resultado que, como reconoció la líder del Partido del Centro, Maud Olofsson, no se podía imaginar "ni en las mejores fantasías". Olofsson aprovechó la victoria electoral para reiterar su escepticismo sobre el conjunto del proyecto del euro. "La mayor parte de la construcción del proyecto es totalmente errónea y debe cambiarse desde la base, entre otras cosas el Pacto de Estabilidad", señaló una exultante Olofsson.

El resultado supone un freno al europeísmo convencido del gobierno Persson, que a principios de esta misma semana advirtió de que el rechazo a la moneda única en el referéndum impedirá que Suecia se vuelva a plantear la entrada a la moneda única hasta el año 2013.

Las promesas de mayor competitividad económica para las empresas, tipos de interés más bajos y mayor capacidad de decisión dentro de la UE no convencieron a unos electores que prefirieron asegurar la independencia de su política económica contra la amenaza de que quedase en manos del Banco Central Europeo.

Los líderes de la campaña del "sí" no consiguieron convencer a los ciudadanos de que las ventajas que la moneda única ofrecía a las empresas suecas en el exterior se podían extender a su vida cotidiana.

Especialmente escépticas se mostraron las mujeres suecas ya que el sondeo que hizo la televisión pública SVT muestra que, mientras que los hombres suecos se pronunciaron a favor del euro, ellas votaron mayoritariamente en contra, opinión que contribuyó decisivamente a la derrota de los partidarios de la moneda única.

La jornada se desarrolló con tranquilidad y se caracterizó por una afluencia masiva a los colegios electorales, con un índice de participación del 81,2 por ciento en una consulta popular que muchos suecos convirtieron en un homenaje a los valores democráticos y a Lindh, aunque no decantaran su voto a favor del "sí".

Suecia seguirá siendo, junto con Dinamarca y Gran bretaña, uno de los tres países de la Unión Europea que no tiene la moneda única.