Muñoa reconoce que cobijó a los asesinos de Miguel Ángel Blanco por amistad
El ex edil de HB declaró en la primera jornada del juicio por el asesinato del concejal del PP
El ex edil de HB en Eibar Ibon Muñoa, al que desde hoy se enjuicia en la Audiencia Nacional por cooperar en el secuestro del concejal del PP Miguel Angel Blanco, admitió haber alojado en su casa por "solidaridad" a los tres etarras que después le asesinaron y justificó el no haberles delatado en la amistad que trabó con ellos.
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En su declaración en la primera sesión del juicio, Muñoa explicó, a preguntas de la fiscal Olga Sánchez que solicita para él 24 años de prisión por los delitos de secuestro y encubrimiento, que entre junio y julio de 1997 alojó y dejó las llaves de su casa a dos de los integrantes del "comando Donosti", Irantzu Gallastegi, "Amaia", y Javier García Gaztelu, "Txapote", ambos presos en Francia y a los que se acusa de ser los autores materiales del secuestro y posterior asesinato del concejal.
Según Muñoa, quien tuvo que ser sacado de la sala blindada en la que, por motivos de seguridad, siempre comparecen los etarras porque hablaba muy bajo y no se le oía, Gallastegi y Gaztelu le informaron, cuatro días antes de que ocurrieran los hechos, de que tenían previsto secuestrar a un concejal del PP, aunque no le especificaron de quién se trataba.
Matizó que los terroristas le trasladaron sus propósitos "para que lo supiera en el caso de que esa acción saliera mal", aunque insistió en que él no les dio información "detallada" sobre concejales del PP en Eibar.
DECLARACIONES CONTRADICTORIAS
Sin embargo, la fiscal pidió que se leyera su declaración judicial a este respecto y en ella Muñoa, quien fue concejal de HB desde 1991 hasta 1999, relató que ofreció al "comando" información sobre vehículos y horarios de tres ediles de Eibar -ninguno de ellos Blanco puesto que éste estaba en el Ayuntamiento de Ermua-, aunque lo hizo desconociendo su utilidad porque de haberlo sabido no se lo hubiera dado, según precisó entonces.
En ese momento el ex edil, condenado ya a diez años de cárcel por pertenencia a banda armada y falsificación, restó valor tanto a su declaración policial, que dijo fue obtenida bajo torturas, como a la judicial, que aseguró prestó bajo la amenaza de ser devuelto a manos de la policía.
COCHE A DISPOSICIÓN DE LOS ETARRAS
Por contra, sí que admitió haber puesto su coche a disposición de los dos etarras a los que les entregó un juego de llaves y haberles hablado de un apartamento que tenían sus padres en Zarauz durante una cena en la que salió el comentario mientras hablaban de las vacaciones en el transcurso de una conversación que calificó de "banal".
También reconoció haber recogido en San Sebastián, junto con los dos etarras, al tercer miembro del "comando", el ya fallecido José Luis Geresta, "Oker", y de allí haberse trasladado a ver el apartamento de Zarauz, que, según las conclusiones provisionales de la fiscal, finalmente rechazaron como lugar para esconder a Blanco durante el secuestro por razones de seguridad.
A la vuelta de Zarauz, Muñoa señaló que estacionó su coche en las proximidades de su domicilio en Eibar y negó, en contra de lo que sostiene la fiscal, haberlo aparcado en la estación de tren de la localidad guipuzcoana, donde se produjo el secuestro, porque según aseguró no volvió a cogerlo ni él ni nadie hasta varios días después.
LAS HORAS DEL SECUESTRO
El 9 de julio de 1997, un día antes del secuestro, afirmó haber visto a Geresta pasar por delante de su lugar de trabajo, un taller de placas de matrículas y recambios de coches muy próxima a la empresa en la que trabajaba Blanco en Eibar, y que le extrañó verle salir a esas horas.
No obstante negó que los terroristas, a los que dijo que en alguna ocasión había visto limpiar y engrasar sus armas, le comunicaran que ese día habían intentado el secuestro y que no lo pudieron realizar porque Blanco no apareció.
Según su versión, él se enteró del secuestro, perpetrado el 10 de julio, a través de la emisora "Egin Irratia", clausurada en 1998 por el juez Baltasar Garzón, y cuando volvió a su casa por la noche los tres miembros del "comando Donosti" -Javier Garcia Gaztelu, Irantzu Gallastegi y José Luis Geresta- ya se habían ido y pensó que ya no volverían.
Sobre las 15.30 horas del 10 de julio de 1997, Miguel Ángel Blanco fue abordado por Gallastegi en el apeadero del tren en Eibar y fue conducido por los miembros del comando hasta un lugar no identificado. Dos días más tarde apareció con dos tiros en la cabeza en una pista forestal en la población guipuzcoana de Lasarte. Sobre las 11.00 horas del 13 de julio de 1997 falleció en el Hospital de Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián.