Internacional

La Casa Blanca prohíbe filmar los ataúdes de los soldados muertos en Irak

En un intento de maquillar las malas noticias que llegan desde el país árabe

La Casa Blanca no quiere que la opinión pública estadounidense vea los ataúdes con los cuerpos de los soldados muertos en Irak, en un intento por maquillar los efectos de la creciente resistencia armada iraquí. El Pentágono ha prohibido tomar fotografías o filmar imágenes del momento en el que los féretros de los fallecidos son bajados de los aviones a su llegada a bases estadounidenses, en una medida sin precedentes en la historia militar de este país.

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Tampoco tiene precedentes en este conflicto el intento de las fuerzas militares de confiscar las cámaras fotográficas digitales de varios corresponsales gráficos que captaron las imágenes del helicóptero derribado el pasado domingo al oeste de Bagdad.

Dieciséis militares murieron después de que un misil abatiera la aeronave, un Chinook de transporte, y sus cuerpos fueron trasladados a la base aérea de Ramstein (Alemania), donde la prensa recibió un sonoro "no" cuando intentó cubrir la llegada.

Los cámaras y los fotógrafos sólo fueron autorizados a recoger el momento en el que bajaban del avión los heridos menos graves, y la excusa de los mandos fue que el Pentágono quiere respetar al máximo la privacidad de las familias.

Esta sensibilidad, no obstante, es muy reciente, dado que durante la campaña militar en Afganistán no hubo ninguna restricción para documentar el regreso a casa de los muertos en combate.

La Casa Blanca está preocupada por el impacto que estas imágenes pueden tener para la política del presidente George W. Bush en Irak a un año de las elecciones en las que se jugará la reelección.

En esta estrategia se enmarca también la decisión de que el presidente no haya hecho menciones específicas a los ataques más graves sufridos por sus tropas y se limite a expresar, de manera vaga y general, sus condolencias a las familias de los muertos.

La inquietud es lógica, porque en la primera semana de noviembre 35 soldados estadounidenses han muerto en episodios de violencia en Irak, lo que supone una quinta parte de los 152 fallecidos en el último medio año.

Durante la peor semana para sus soldados en territorio iraquí, Bush ha tratado de evitar el continuo goteo de muertos y ha multiplicado sus intervenciones públicas, pero para hablar de la economía o de la democracia en Oriente Medio.

Lo más que se ha acercado al asunto es para decir que siente mucho el dolor que sufren las familias y manifestar que "los soldados están muriendo por una causa más importante que sus propias vidas".