Berlusconi: "Ninguna intimidación debe movernos de la voluntad de ayudar a Irak"
La oposición italiana, que votó en contra del envío de tropas, ha pedido el regreso de sus soldados
El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, ha expresado su "dolor" y su "orgullo" por el coraje de los al menos 12 militares italianos muertos hoy en el atentado de Nasiriya, al tiempo que mostró la "firme determinación" de seguir adelante con el despliegue.
El sangriento atentado sufrido hoy por el contingente militar italiano que opera en el sur de Irak causó una gran consternación en el país, donde el primer ministro, Silvio Berlusconi, ratificó la continuidad del despliegue, en medio de las primeras voces que piden el retorno de los soldados.
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Las muestras de dolor y condolencia se sucedieron durante toda la jornada, mientras se configuraba el alcance de la masacre, que costó la vida en Naseriya a al menos 15 militares y dos civiles italianos y a 13 ciudadanos iraquíes, y causó heridas, según fuentes hospitalarias iraquíes, a más de 80 personas.
La noticia la recibió con hondo pesar el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, que rindió homenaje a las víctimas y envió un mensaje de consuelo a sus familiares y otro de sosiego al pueblo italiano, antes de partir hacia Estados Unidos.
Ese mismo mensaje de condolencia lo hizo suyo el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien dejó claro desde el principio que los 2.400 soldados italianos desplegados en el sur de Irak seguirán en sus puestos.
"Ninguna intimidación debe movernos de la voluntad de ayudar (a Irak) a resurgir y a construirse su autogobierno, su seguridad y su libertad", afirmó Berlusconi en una declaración institucional.
"Sentimos -dijo- un dolor profundo por las vidas destruidas por el terrorismo durante una expedición humanitaria y de libertad en socorro del pueblo iraquí y en defensa de la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio".
Más tarde, en el Senado y en la Cámara de Diputados, Berlusconi defendió la permanencia de las tropas italianas en Irak como un gesto de "lealtad con nuestros aliados", al tiempo que pidió a la oposición que renunciara a la polémica en un momento tan doloroso para Italia.
La petición del primer ministro cayó en buena medida en saco roto, porque las formaciones más radicales del arco parlamentario y el principal sindicato del país, el izquierdista Cgil, se apresuraron a pedir el regreso inmediato de las tropas.
Tanto los Verdes, como el Partido de los Comunistas Italianos, Refundación Comunista y el ala más "extremista" de los Demócratas de Izquierda (DS) exigieron el retorno de los soldados y anunciaron movilizaciones en la calle.
El sector más moderado y mayoritario de la oposición, el grueso de los DS y los centristas de la Margarita, prefirieron aplazar la batalla contra el despliegue de tropas en Irak, al que se opusieron en su día en el Parlamento por no contar con el amparo de la ONU.
No obstante, el ex primer ministro Massimo D'Alema (DS) dejó entrever que los días venideros subirá la temperatura política, al señalar que "ha llegado el momento por parte de Occidente de cambiar de camino respecto a Irak".
A D'Alema y su denuncia de los "errores provocados por una guerra unilateral" se unió el líder de la Margarita, Francesco Rutelli, quien dijo que "tanto sufrimiento exige unidad, pero también claridad, rigor y un profundo cambio de lo que Italia está haciendo en Irak".
En nombre del Gobierno, el ministro de Defensa, Antonio Martino, trato de aplacar estas críticas de la oposición con una referencia expresa al cambio que ha supuesto la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada por unanimidad.
"Retroceder ahora sería claudicar ante el terrorismo que hemos venido a combatir y la muerte en vano de nuestros soldados", señaló Martino, casi con las mismas palabras que usó el vicepresidente Gianfranco Fini y el ministro de Exteriores, Franco Fratttini.
En una comparecencia urgente en el Parlamento, Martino hizo un relato pormenorizado de los hechos e identificó como posibles autores de la masacre a los "Fedayín de Sadam", los milicianos más fieles a Sadam Husein. La matanza de hoy es la más grave contra una misión de paz italiana desde la Segunda Guerra Mundial.