EEUU levanta los aranceles al acero
Comunicado oficial de Bush
El presidente de EEUU, George W. Bush, ha suprimido hoy los aranceles especiales a la importación de acero, en una decisión esperada desde hace semanas por el sector. "Es el momento de levantarlos", manifestó el presidente estadounidense en una declaración que fue leída en rueda de prensa por el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.
Más información
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, que participó también en la conferencia de prensa en la Casa Blanca, afirmó que la industria siderúrgica estadounidense ha aprovechado dichos aranceles para reestructurarse. "El sector se encuentra en una posición mucho más solida ahora de lo que estaba hace 20 meses", dijo Zoellick.
A pesar de ello, la Administración Bush seguirá tratando de proteger al sector siderúrgico estadounidense mediante nuevas medidas para contener la llegada masiva de importaciones de acero y combatir la considerada "competencia desleal" de los productores internacionales, según palabras de Washington. Según Bush, los aranceles fueron impuestos para dar tiempo a la industria local a modernizarse y proteger empleos.
Los aranceles, que se aplican a un gran número de productos de acero, debían mantenerse en vigor durante tres años, hasta el año 2005. "Estas medidas de salvaguarda han cumplido sus objetivos y debido a un cambio en las circunstancias económicas, ahora es buen momento para levantarlas", dijo el mandatario en el comunicado.
Washington decidió eliminar los aranceles al acero, que fueron declarados ilegales en noviembre por la Organización Mundial de Comercio, para evitar que los 15 países de la Unión Europea y Japón impongan a su vez cortapisas a la importación de productos estadounidenses.
La UE había amenazado con represalias e imponer a mediados de diciembre aranceles a importaciones de una amplia variedad de productos, desde naranjas hasta pantalones, por valor de 2.300 millones de dólares (1.900 millones de euros) en caso de que Estados Unidos no modificara su postura en la cuestión del acero.
Bush que en diez meses se enfrenta a su reelección, no ha tenido más remedio que dar marcha atrás en su intento por proteger a la industria siderúrgica estadounidense por miedo a las consecuencias que tendrían los posibles aranceles europeos sobre estados claves para la elección, como California y Florida.
Los aranceles al acero decretados en marzo de 2002 por Bush ya habían desatado una ola de críticas por parte de las empresas estadounidenses consumidoras de acero, que argumentaron que el aumento en los precios del metal habían causado más pèrdidas de empleos de los que realmente habían sido salvados.
Los productores de acero de EEUU se quejan de que no pueden competir con las empresas extranjeras por que están subsidiadas por sus respectivos gobiernos o, como es el caso de Sudáfrica, tienen costes laborales mucho menores. La realidad, según muchos economistas, es que las compañías estadounidenses se quedaron atrás con respecto a los demás países por no querer reinvertir en innovación y mejoras en competitividad.
"Creo firmemente que los trabajadores de Estados Unidos pueden competir con cualquiera en el mundo siempre y cuando se tenga un campo de juego en regla y nivelado", dijo Bush en su copmunicado.
Entre las nuevas medidas decretadas por Bush figura la obligación de informar cada vez que se detecta una gran partida de acero importado entrando a Estados Unidos, de tal manera que los productores locales estèn avisados y tomen medidas al respecto.
El gobierno tambièn tratará de recurrir a las leyes estadounidenses antidumping' para aplicar un sobecargo a ciertos productos específicos de acero en caso de que su importación se disparara cuando se levanten los aranceles que ahora pesan sobre ellos.
La Administración Bush intensificará además las negociaciones con gobiernos extranjeros para obligarles a que no subsidien la producción de acero y pedirles que limiten la sobreproducción del bien básico. Estados Unidos lleva tratando de negociar esas demandas con varios países desde 2002 sin que se haya producido un resultado significativo.
