Iñigo Vallejo, a las órdenes de Gorka Palacios
Detenido en Francia junto a otros tres presuntos etarras
El presunto miembro de ETA Iñigo Vallejo Franco, detenido esta mañana cerca de Pau, está considerado el "número dos" del "aparato militar" de ETA, a las órdenes de Gorka Palacios Aldai. Vallejo logró fugarse en dos ocasiones de operaciones policiales realizadas en Pamplona y Valencia en las que fueron capturados sus compañeros de comando.
Vallejo, natural de la localidad vizcaína de Basauri, de 26 años, pasó a la clandestinidad y se incorporó a ETA en junio del año 2000 después de que fuera condenado a la pena de 17 años de prisión por la quema de un autobús en Basauri, en el que resultó herido el conductor del vehículo.
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El presunto etarra fue detenido por vez primera el 29 de abril de 1996 por efectivos del Cuerpo Nacional de Policía acusado de participar en actos de violencia callejera, aunque ese mismo día fue puesto en libertad por el juez.
En octubre del mismo año fue detenido fue detenido por la Ertzaintza acusado de haber participado en la quema de un autobús, ocurrida el 28 de septiembre mediante el lanzamiento de cócteles molotov tras haber vertido gasolina. El chofer del vehículo fue alcanzado por las llamas y tuvo que salir por una ventanilla con las ropas ardiendo, lo que hizo necesaria su hospitalización por quemaduras.
Tras comparecer ante el juez quedó en libertad provisional, aunque en diciembre volvió a ser detenido y encarcelado por los mismos hechos. Vallejo permaneció en prisión hasta el 7 de marzo de 1998, en que salió en libertad bajo fianza.
El 7 de junio de 2000 la Audiencia Nacional le impuso una pena de 17 años de cárcel. El tribunal estableció que "reivindicar el acercamiento de los presos" con métodos violentos era un delito de terrorismo. A raíz de esta condena Vallejo se dio a la fuga para no ingresar en prisión, según indicaron fuentes policiales.
Después de huir a Francia e incorporarse a ETA, el 26 de noviembre de 2001, junto con Jorge Olaiz llegó a Pamplona para poner en marcha un nuevo "comando Nafarroa". Sin embargo, los dos etarras estaban vigilados por la Guardia Civil desde que habían cruzado la frontera. Tras llegar a la estación de autobuses, desde San Sebastián, Olaiz y Vallejo se trasladaron al barrio de San Jorge, donde se dieron cuenta de que estaba siendo seguidos. Tras mantener un enfrentamiento a tiros con los agentes, Vallejo secuestró a la conductora de un automóvil y se dio a la fuga con el vehículo, mientras su compañero era detenido.
Durante varios días, la Guardia Civil estableció una operación de rastreo por los montes de la Barranca, ya que se tenía la sospecha de que estaba oculto en la zona en la que había sido visto por un pastor. Sin embargo, el dispositivo policial no dio resultados ya que Vallejo no pudo ser detenido.
En julio de 2002 fue encuadrado en el comando Basauntza, junto con Aitzol Maortua, y enviado a Valencia para iniciar una campaña de atentados. Sin embargo, efectivos del Cuerpo Nacional de Policía lograron detener a Maortua y descubrir el arsenal de armas y explosivos que el grupo tenía a su disposición para perpetrar acciones terroristas. Vallejo logró huir de esa operación y regresar a Francia, donde se incorporó a las estructuras de la organización terrorista en este país.