Internacional

Victoria pírrica de Blair en los Comunes con la oposición de 71 de sus diputados

La Cámara aprueba por sólo cinco votos su proyecto sobre tasas universitarias

Londres

Por apenas cinco votos, el primer ministro británico, Tony Blair, consiguió hoy ganar en el Parlamento la votación sobre las matrículas universitarias, un proyecto de ley en el que había empeñado su autoridad al frente del Gobierno. La ley que regulará los precios máximos de las tasas fue rechazado por 71 diputados del propio grupo laborista.

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La Cámara de los Comunes aprobó, por 316 votos a favor y 311 en contra, el proyecto de ley sobre la Educación Superior que permitirá que las universidades apliquen matrículas de hasta 3.000 libras esterlinas anuales (alrededor de 4.500 euros), que los estudiantes sólo empezarán a pagar cuando tengan un trabajo fijo en el que ganen más de 15.000 libras (más de 21.000 euros). La reforma, que entrará en vigor en el año 2006, quiere sustituir al actual sistema, que consiste en pagar una matrícula mucho más baja al comienzo del curso universitario.

Para que la Cámara hubiera rechazado los planes de Blair eran necesarios 81 votos de las filas laboristas, además de los de toda la oposición. Hace varias semanas fueron 155 los parlamentarios laboristas que mostraron su oposición a estos cambios.

Entre las críticas al proyecto desde el partido laborista destacó la oposición del antiguo ministro de Agricultura, Nick Brown, aunque éste cambió de opinión y aseguró que votaría a favor tras las modificaciones introducidas por el 'premier' en su proyecto inicial. El viceprimer ministro, John Prescott, advirtió a los parlamentarios laboristas de que estos necesitaban su voto para que estas leyes salgan adelante.

BLAIR EVITA EL VOTO DE CONFIANZA

Blair salvó así el primer envite de su semana más dura en seis años de Gobierno, pues este miércoles el juez Brian Hutton divulgará su informe sobre la muerte del científico David Kelly, la fuente que usó la BBC cuando acusó al Gobierno de exagerar la amenaza iraquí para justificar la guerra.

El resultado permite respirar al primer ministro, quien empeñó personalmente su liderazgo, mediante negociaciones de última hora, para lograr una victoria en la Cámara de los Comunes que le ha evitado tener que presentarse a un voto de confianza.

Si hubiera perdido Blair, sería la cuarta vez en más de un siglo que se rechaza un proyecto de ley en la Cámara de los Comunes en segunda lectura y le hubiera obligado a someterse a un voto de confianza del Parlamento.