Internacional

Malestar en el PP por un artículo del Frankfurter Allgemeine Zeitung en el que se llama "patán" a Cascos

Un corresponsal en España asegura que le llaman "Dobermann" porque "en la zona de la boca se le parece un poco"

Un retrato cruel de Francisco Álvarez Cascos ha sentado muy mal en las filas del PP. El principal periódico alemán publica hoy un artículo titulado "Al quinto pino: dimite un patán político español".

El autor es Paul Ingendaay, uno de los corresponsales en España del Frankfurter Algemaine Zeitung y se despacha de lo lindo con el ministro de Fomento. La excusa es contar a sus lectores quién es el ministro de Fomento español, precisamente ahora que ha anunciado su retirada.

Este es el artículo traducido directamente del alemán:

AL QUINTO PINO: DIMITE UN PATÁN POLÍTICO ESPAÑOL

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"El político español Francisco Alvarez Cascos acaba de anunciar su retirada del partido y del Parlamento. Este anuncio ha causado una profunda impresión. Cascos, de 57 años, quiere ocuparse de su nueva novia, 21 años más joven que él y directora de la filial madrileña de la Galería Marlborough. Y no hay más problemas. Tiene seis hijos de dos matrimonios y ella tiene uno con su primer marido, ya se arreglarán.

Para describir al político Cascos en términos futbolísticos, se podría decir que es una combinación de Georg Schwarzenbeck y Stefan Effenberg: dar patadas por detrás y un corte de mangas por delante. En España le llaman "Dobermann" porque se comporta como tal y en la boca se le parece un poco. Pero como Cascos es casi un desconocido para el público alemán y con toda seguridad lo seguirá siendo, atrevámonos a hacer una segunda comparación. Pese a que ideológicamente poco le une con nuestro Rudolf Scharping, y éste es también más simpático y probablemente más inteligente, el español y el alemán tienen en común que en algún momento sus carreras empezaron a caer en picado, pero ellos no se dieron cuenta. Esto ocurre con más frecuencia de lo que se piensa. Esta columna Update es por tanto un Downgrade, y seguramente es la última vez que hay que decir algo sobre Cascos, al menos desde el punto de vista alemán, agudizado con Scharping.

Resumamos brevemente que Álvarez Cascos fue de 1989 a 1999 secretario general del PP conservador y su nombre está indisolublemente unido al del estratega jefe de este partido, el Presidente del Gobierno dimisionario José María Aznar. Cascos fue incluso, durante cuatro años, ministro de Desarrollo e Infraestructura, un cargo que supone ya un pequeño descenso, que casi pasó desapercibido porque en este Ministerio hay sumas tan increíbles para dilapidar que Cascos debe haberlo confundido con poder real. Su Ministerio es responsable de los grandiosos errores en la planificación del tramo Madrid-Cataluña del AVE, que debería haber concluido en 2003 pero aún está parado. También lleva su firma la reacción de aficionado frente a la avería del petrolero "Prestige". Que se lleven el cacharro "al quinto pino", dijo Cascos aquel día fatal de noviembre de 2002, antes de irse de fin de semana a pescar. El quinto pino está a cuatro kilómetros de profundidad en el mar, y esto le sale muy caro al medio ambiente español. Pero Cascos no pensó en dimitir. Solamente quiso echarse en cara que "no es un profeta".

Frases como estas recuerdan el tipo de chulo, ese fanfarrón sinvergüenza del pueblo que responde a toda crítica con una nueva impertinencia. Cuando el chulo pisa a alguien en el pie, pregunta al pisado qué se le había perdido a su pié ahí. Parece ser que Cascos se ha adelantado a su partido haciendo lo que nuestro Scharping no fue capaz: hacer la maleta y marcharse. A nadie le interesará ya saber por qué el Ministerio que dirigía Francisco Álvarez-Cascos compró obras de arte en la galería de su novia por un valor de 250.000 euros."

 
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