Álvarez Cascos, una carrera a la sombra de Aznar
Francisco Álvarez Cascos había anunciado hace semanas que su futuro político estaba ligado al de José María Aznar. Y así ha sido: apenas dos días después de la disolución de las Cortes y de la despedida del presidente del Gobierno, el ministro de Fomento ha anunciado que pone fin a su carrera política.
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Francisco Álvarez Cascos, 56 años, madrileño de nacimiento aunque muy vinculado con Asturias, es un hombre del PP desde aquel 1976 en que se convirtió en la mano derecha de Manuel Fraga en Reforma Democrática, germen de Alianza Popular (AP). Ingeniero de profesión, diputado en las cinco últimas legislaturas, su carrera política tiene dos etapas: antes y después de entrar en el Gobierno.
En la primera de ellas, como hombre fuerte del partido, especialmente desde que en 1989 se convirtió en secretario general, número dos de Aznar, manejó con mano de hierro cualquier disidencia después de que don Manuel dijera adiós y se recluyera en Galicia. Y en la segunda etapa, ya como gobernante tras la victoria electoral del PP en 1996 fue nombrado vicepresidente del gobierno y ministro de la Presidencia.
El encargo que abordó con más empeño desde ese puesto fue el diseño de una plataforma mediática proclive al nuevo partido en el poder. En plena disputa por los canales de televisión digital y los derechos del fútbol, acuñó la famosa expresión del "interés general", que dejaba a las empresas de comunicación en manos de las decisiones del Gobierno y que el Tribunal Supremo condenó en su día con una millonaria multa.
Las luchas internas en el PP asturiano, y su relación con el ex policía del GAL, José Amedo, le relegaron a un segundo plano, teniendo que ceder la secretaría general a Javier Arenas en 1999. Por el contrario, Aznar le mantuvo en el Ejecutivo dándole la cartera de Fomento, que ostenta desde abril de 2000.
"PRESTIGE", CACERÍA Y SOCAVONES
De su gestión en esta cartera destaca la decisión de alejar el buque "Prestige", provocando su hundimiento y la posterior catástrofe ecológica. Ante las críticas, Álvarez Cascos siempre acusó a los medios de comunicación que se ocuparon de denunciar sus cacerías y jornadas de esquí, en plena crisis del petrolero. Los retrasos en la puesta en marcha del AVE Madrid-Lleida o sus afirmaciones de que las viviendas están caras porque los españoles tienen un alto poder adquisitivo están también en la memoria más reciente.
Por lo demás, Cascos ha sido un hombre fiel a Aznar: tanto, que cuando anunció su marcha el presidente, éste intentó convencerle de lo contrario, causando una crisis interna no buscada. Ha estado casado dos veces: con Elisa Fernández Escandón, con quien tiene cuatro hijos ya mayores, y con la joven Gema Ruiz Cuadrado, con quien protagonizó una boda a la que asistió el Gobierno en pleno, Aznar incluido. Han tenido dos hijos. En las últimas semanas el ministro ha aparecido públicamente con su nueva compañera, la galerista María Porto.