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Varias explosiones causan 182 muertos en mezquitas de Bagdad y Kerbala

El presidente Bush asegura que los atentados no modificarán sus planes

Al menos 182 personas murieron y muchas más resultaron heridas por una serie de explosiones casi simultáneas esta mañana contra santuarios chiíes de Bagdad y Kerbala, en la jornada mas sangrienta de la posguerra de Irak.

El presidente de Estados Unidos, George Bush, ha asegurado que los atentados no modificarán sus planes para la transición en Irak.

Los atentados se produjeron contra el mausoleo del Imam Husein en Kerbala y el del Imam Kadhem en la capital, ambos abarrotados por la fiesta de la Achura, la celebración más importante del calendario religioso de esa comunidad, mayoritaria en el país.

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El juez iraquí que investiga las explosiones de la ciudad santa chií de Karbala, Ahmed al-Hillali, indicó que 112 personas murieron y que 235 fueron heridas.

En Bagdad, el ministro iraquí de Salud, Jodayir Abbas, dijo que al menos 70 personas murieron durante el ataque contra una mezquita chií en el noreste de la capital y que había 321 heridos. "El balance podría aumentar", recalcó el ministro, que visitó los hospitales donde están los heridos.

Justo a las diez de la mañana, cuando un millón de peregrinos se encontraban en la localidad para visitar la mezquita donde está enterrado el imam Husein, nieto de Mahoma, al menos siete explosiones sucesivas sacudieron las cercanías del santuario. Kimmit ha asegurado que los atentados de Kerbala fueron una acción coordinada en la que participó un kamikaze y se recurrió a artefactos explosivos y al lanzamiento de obuses de mortero.

EXPLOSIONES SUCESIVAS

El primer estallido atronó en la calle de Al Mahdi, que desemboca en el mausoleo, en el centro urbano y donde los miles de peregrinos que inundaban la arteria urbana se quedaron petrificados sin saber el origen de la detonación, sin tiempo para reaccionar. Una segunda explosión masacró inmisericorde y casi de inmediato a otro grupo de gente que trataba de averiguar lo qué había sucedido medio minuto antes, y poco después un tercer estallido reventaba a escasos veinte metros de dónde se encontraba este corresponsal, que intentaba llegar hasta el lugar de los primeros impactos.

Una bola de fuego se elevó desde la acera, un sonido seco atronó la calle, dos hombres volaron por el aire y el caos se adueñaba de la ciudad santa; los peregrinos dejaron de fustigarse la espalda o herirse las cabezas con sus propios cuchillos y se pusieron a correr sin saber adonde ir.

Al minuto nuevas explosiones se oyeron en los alrededores de la mezquita, cuya cúpula dorada fue testigo mudo de la matanza; por la mañana, sólo la sangre derramada voluntariamente teñía las calles de Kerbala, pero las ambulancias no daban abasto para recoger restos humanos diseminados sobre el asfalto.

PAVOR Y PLEGARIAS

Miles de peregrinos corrían despavoridos por la ciudad, mientras los habitantes abrían las puertas de sus casas para ofrecerles refugio. Cientos de personas se agolparon frente a las puertas del hospital de la ciudad para conocer la identidad de las víctimas y conseguir ayuda para los heridos, unos cien en total. Muchos de ellos llegaron al centro sanitario en un flujo incesante, transportados en camillas o envueltos en mantas, en ambulancias o automóviles privados.

"Era el caos", han asegurado algunos periodistas occidentales que se encontraban en el lugar de los atentados. Los mismos reporteros han relatado como las calles se llenaron de gente corriendo y llorando presas del pánico mientras otros imploraban a Husein: "¡Oh Husein! ¡Oh Husein! Sacrificamos nuestra alma por ti", clamaba una mujer levantando sus brazos al cielo, según el relato de un testigo de los atentados en Kerbala.

ATENTADOS EN BAGDAD

Casi al mismo tiempo, a un centenar de kilómetros al norte, tres explosiones causaban la muerte y el pánico en el interior y las inmediaciones del santuario del Imam Kadhem de Bagdad -situada en el barrio chií de Kadhamiya-, una de ellas dentro del propio mausoleo, según dijo el imam del templo, Jawad al Khalessi.

La ocasión elegida por los autores para las masacres no deja lugar a dudas sobre su intención homicida y vejatoria contra la comunidad chií, ya que esta jornada es la más importante en el calendario religioso de esa rama del Islam. Tal día como hoy, pero hace 1.400 años, fue asesinado en la vecina Kufa el imam Husein, que aspiraba a convertirse en comendador de los creyentes, por parte de partidarios del califa Yazid. Los partidarios de Husein o chiíes constituyen en la actualidad la décima parte de los 1.200 millones de musulmanes que hay en el mundo.

Un portavoz del Consejo de Gobierno de Irak asegura que los atentados "quieren fomentar la guerra civil".