Las piezas del futuro Gobierno
A medida que se acercan las fechas para la constitución del nuevo Gobierno, se van confirmando los nombres de las personas que ocuparán los puestos clave en el futuro gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero y en las principales instituciones del Estado.
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De carrera tan brillante como discreta, María Teresa Fernández de la Vega (Valencia, 1949) es Doctora en Derecho y especialista en Derecho Comunitario. Jueza vocacional, comenzó como secretaria judicial y ha llegado a ser magistrada y vocal del Consejo General del Poder Judicial. Fernández de la Vega estuvo en el primer y en el último Gobierno de Felipe González, en ambas ocasiones en el Ministerio de Justicia. En la primera ocasión, bajo las órdenes de Fernando Ledesma, vivió la legislatura del cambio político en España. En 1993 cuando el superministro de Interior y Justicia Santiago Belloch le ofreció ser su mano derecha como secretaria de Estado de Justicia. Profunda conocedora del sistema español, en esta segunda etapa fue la responsable de la Ley del Jurado y de la reforma del Código Penal de 1995. En este tiempo tuvo, además, que capear el temporal de escándalos que acuciaban al Partido Socialista. Con fama de dura y exigente, goza de un gran crédito profesional. Es enemiga de "protagonismo patológico" de los jueces-estrella y rechaza de plano el intervencionismo del Gobierno en la administración de Justicia. Diputada por Segovia en la pasada legislatura, el 14-M logró renovar su acta parlamentaria, esta vez por Madrid. En el nuevo gobierno, Fernández de la Vega coordinará la labor de todos los ministerios, con la excepción del área económica, que dirigirá Pedro Solbes.
Pedro Solbes (Pinoso, Alicante, 1942) deja su puesto en el Ejecutivo comunitario para reintegrarse en el español. Doctor en Políticas y licenciado en Economía Europea y Derecho, ingresó en la carrera funcionarial como técnico comercial del Estado en 1968 y desde entonces ha estado muy vinculado a los asuntos europeos. Felipe González le designó en 1991 ministro de Agricultura y dos años más tarde tomó las riendas de Economía, un departamento en el que se mantuvo hasta la entrada del PP en el Gobierno. Durante ese tiempo preparó el terreno para que España entrara en el euro, un esfuerzo que le reportó un gran prestigio en la UE. Tanto es así que en 1999 fue designado comisario europeo de Asuntos Económicos. Su mandato terminaba el próximo noviembre, pero, a pesar de que había afirmado su voluntad de agotarlo, finalmente ha preferido regresar a Madrid con antelación. Su peor trago en Bruselas han sido, probablemente, las críticas recibidas por la irregular gestión de la oficina de estadísticas europea Eurostat en la época en la que aún no era comisario. En todos los cargos ha acumulado fama de discreto, negociador y tenaz.
José Bono (Salobre, Albacete, 1950) es uno de los pesos pesados del PSOE desde que Felipe González dejara la secretaría general. En el famoso 35 Congreso Bono trató de hacerse con las riendas del partido, pero un casi desconocido José Luis Rodríguez Zapatero le cerró el paso. Desde la Presidencia de Castilla La Mancha, a la que accedió en 1990, ha mantenido una posición de gran influencia en la familia socialista, no siempre acorde con la opinión de Zapatero. Durante la campaña electoral el ahora presidente le ofreció, durante un mitin y delante de todo el público, entrar a formar parte del Gobierno. Bono aceptó sin pensarlo. Una de sus primeras tareas será gestionar el futuro de la permanencia de las tropas españolas en Irak.
Manuel Marín (Ciudad Real, 1949), experto en política europea, será el séptimo presidente de la Cámara Baja. Diputado por Ciudad Real y miembro del PSOE desde 1974, desempeñó un papel clave en las negociaciones para la entrada de España en la CE en 1985. Secretario de Política Internacional de la Ejecutiva socialista durante el último año, Manuel Marín fue el diputado más joven de las Cortes Constituyentes (con 26 años) y revalidó su acta en los comicios de 1979, 1982 y 2000. Como Secretario de Estado para las Relaciones con las Comunidades Europeas con Felipe González comenzó a ganar peso en la política internacional y ocupó diversos cargos de relevancia en el seno de la Comisión Europea, entre ellos, el de comisario europeo y vicepresidente. Después de asumir la presidencia en funciones de la Comisión durante tres meses, tras la dimisión de Jacques Santer, Marín volvió a España en 1999 para alternar su actividad política como diputado con la docencia en la Universidad Carlos III de Madrid.