Internacional

La Casa Blanca permite a Rice declarar bajo juramento sobre el 11-S

Bush no quería que su consejera de Seguridad declarara en público

La Casa Blanca permitirá testificar en público y bajo juramento a la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, ante la comisión que investiga los atentados del 11 de septiembre de 2001, según ha informado fuentes del Gobierno.

Además, los miembros del comité podrán interrogar en privado, y siempre que sea de manera conjunta, al presidente George W. Bush y al vicepresidente, Dick Cheney, indicó un alto funcionario que no quiso ser identificado. Ambas ofertas se producen bajo la condición de que no sienten precedente, ha explicado el alto funcionario.

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Hasta ahora, la Casa Blanca rechazaba permitir que Rice declarara en público, al considerar que ello sentaría un precedente que podría perjudicar la franqueza con la que los consejeros de Seguridad Nacional asesoran al presidente.

La negativa de la Casa Blanca había causado una gran polémica en Washington, donde se reclamaba que Rice declarara en público para responder a las acusaciones de que el gobierno de EEUU no dio la prioridad adecuada a la lucha contra el terrorismo antes de los ataques. La consejera de Seguridad Nacional había declarado ya, en febrero pasado, ante miembros de la comisión, pero en privado.

DURAS CRÍTICAS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN BUSH

La negativa de la alta funcionaria a comparecer en público había suscitado duras críticas contra la Casa Blanca, entre ellas las de familiares de las víctimas de los atentados, que consideran que se trata de un caso de desconsideración. En este sentido, el miembro de la comisión John Lehman, republicano, había opinado que la Casa Blanca está "cometiendo un grave error".

La polémica surgió la semana pasada, cuando el ex asesor para la lucha antiterrorista de la Casa Blanca Richard Clarke, denunció que para la actual Administración la lucha contra el terrorismo antes del 11-S había sido "importante pero no urgente". Además, asegura que Bush ordenó personalmente buscar una "conexión iraquí" con el 11-S. La Casa Blanca lo había negado, pero ayer la propia Rice admitió que la acusación es cierta.