La policía israelí irrumpe en la explanada de las Mezquitas en Jerusalén
Sharon reitera que Arafat es objetivo de los ataques selectivos de Israel
La Policía israelí ha irrumpido hoy en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, después de que jóvenes palestinos lanzaran piedras tras la tradicional oración del viernes. Además, la policía ha disparado granadas lacrimógenas en el interior de la Mezquita de Al Aqsa, donde se habían atrincherado cientos de jóvenes palestinos. Hoy, en una entrevista a un periódico, Ariel Sharon advierte que Arafat puede ser objetio de un ataque selectivo.
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La Policía iraquí lanzó granadas lacrimógenas en el interior de la Mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar sagrado del Islam, en la ciudad vieja de Jerusalén donde se encontraban centenares de jóvenes palestinos, según constató un fotógrafo de France Presse.
Los agentes lanzaron granadas lacrimógenas y bolas de goma contra los jóvenes refugiados en la mezquita, después de que estos les hubieran lanzado piedras. Las fuerzas de Policía desplegadas en torno a la Mezquita bloqueaban sus entradas, disparando a través de las ventanas.
Las autoridades israelíes no habían impuesto límites de edad a los musulmanes que querían entrar en la Explanada de las Mezquitas contrariamente a lo que viene siendo habitual cuando se temen manifestaciones.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, no descartó que el dirigente palestino, Yasir Arafat, sea objeto de un ataque selectivo como el que acabó con la vída del líder espiritual de Hamás, jeque Ahmed Yassin, la semana pasada, al tiempo que prometió que Israel expulsará a todos los palestinos que residen ilegalmente en su territorio cuando termine la construcción del muro de seguridad.
En una entrevista concedida al diario 'Haaretz', que éste publicará el lunes pero de la que hoy dio a conocer algunos fragmentos, Sharon, preguntado sobre si Arafat o el líder de Hezbolá, Hassan Nasralá, podrían ser objeto de operaciones de 'asesinato selectivo', afirmó: "no voy a sugerir que ninguno de ellos sea inmune". "Alguien que mata a un judío o daña a un ciudadano israelí, o envía a personas a matar a judíos es un hombre marcado", añadió.
Por otra parte, el primer ministro prometió que una vez que se haya completado la construcción del muro de seguridad que separará Israel de Cisjordania, el Gobierno actuará con rigor para expulsar a todos los palestinos que residen de forma ilegal en las comunidades árabe-israelíes. "Tenemos un problema difícil con el cumplimiento de su deseo de regresar infiltrándose en ciudades árabes en Israel", afirmó Sharon.
"Ahora es un problema difícil porque no tenemos una valla" pero, añadió, "en el momento en el que la valla esté cerrada, la actividad para expulsarles será mucho más intensa y su capacidad para regresar se verá gratamente reducida". Según indicó, ahora, cuando se consigue localizar a estos palestinos ilegales y se les expulsa a los territorios palestinos, "regresan".
Asimismo, expresó su deseo de sacar adelante su plan de separación unilateral con los palestinos que contempla la retirada de la mayoría de las colonias de Gaza y de algunos asentamientos en el norte de Cisjordania, y admitió que aunque la evacuación no permitirá acabar con el terrorismo, al menos éste disminuirá.
Por otra parte, respecto a su posible inculpación y procesamiento en un caso de corrupción, Sharon aseguró tener "plena fe" en el fiscal general, Menachem Mazuz, que debe decidir su suerte. "Mis manos están limpias, creo en mi plena y completa inocencia y creo que no habrá ninguna acusación", añadió.




