Artur Mas renuncia al sueldo de "jefe de la oposición"
La Generalitat aprobó ayer un decreto en el que se establece por primera vez la figura del "jefe de la oposición
El presidente del grupo de CiU en el Parlament, Artur Mas, ha renunciado hoy al sueldo de "jefe de la oposición" que le correspondía según el decreto aprobado ayer por el gobierno catalán.
El gobierno de la Generalitat aprobó en su reunión de ayer un decreto en el que se establece por primera vez en Cataluña la figura del "jefe de la oposición", que debe ser el presidente del grupo de la oposición más votado, en este caso CiU, y que comporta un sueldo equivalente al de conseller, y un tratamiento y rango protocolario más elevados.
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La aprobación de dicho decreto, sin embargo, no ha sido bien acogida por CiU ni el PP, ni tampoco por ERC -que es uno de los partidos que integran el gobierno tripartito y que siempre ha rechazado dicha figura por entender que beneficia el bipartidismo-, mientras que sólo ha contado con el apoyo del PSC y de ICV-EUiA.
El presidente del grupo de CiU y próximo "jefe de la oposición", Artur Mas, ha señalado que su formación acepta que se instituya dicha figura, pero ha precisado que la creación de la misma tiene que realizarse por consenso y mediante aprobación del Parlament y no a travès de un decreto.
"Creemos -ha precisado- que si se crea esta figura èsta debe quedar para siempre, y esto significa hacer las cosas bien, no nos podemos enterar por la prensa y debe buscarse el máximo acuerdo posible en el Parlament".
"Esta figura -ha añadido- no puede depender del gobierno de la Generalitat sino que tiene que quedar vinculada al Parlament", y por este motivo, ha anunciado que CiU presentará una proposición de ley.
Mas ha anunciado que, en cualquier caso, renuncia ya desde ahora mismo al sueldo que contempla el decreto "para que nadie pueda pensar que la actuación de CiU y la mía en particular dependen de una retribución del departamento de Presidencia".
Sobre el desacuerdo entre los miembros del tripartito, Mas ha dicho que no le sorprende y ha advertido que no parece correcto que "Maragall adopte decisiones tan unilaterales sin contar con la opinión de sus propios socios".




