Prodi espera que la Constitución europea sea una realidad "en la segunda mitad de junio"

El "gran desafío" de la UE, la Constitución Europea, será una realidad tras las elecciones europeas del 13 de junio. Es la previsión del presidente de la Comisión, Romano Prodi, que ha asegurado en la SER que la llegada del PSOE al Gobierno español supondrá un avance para el acuerdo.

Para el presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi, la Europa de los 25 es "un sueño y una realidad". El sueño de haber terminado con el pasado y con la "compacta cortina de hierro en Europa" y la realidad de tener un diseño político concreto que "no es sólo un gran mercado único, sino un proyecto de unificación total de Europa".

Tras la incorporación de los ahora candidatos Turquía, Bulgaria y Rumanía "podremos decir que la Unión Europea se habrá completado", decía Prodi en la SER antes de recordar que esta ampliación exige ofrecer una colaboración "fuerte y estrecha" a estos países. El presidente de la Comisión ha insistido en la importancia de crear paz y cooperación en el Mediterráneo porque de lo contrario "no hay futuro". "El Mediterráneo, ante el gran desarrollo de Asia, vuelve a ser el centro del mundo", zanjaba Prodi, que ha situado los límites geográficos de la UE en los países balcánicos, Bulgaria, Rumania y Turquía "según se decida".

El responsable europeo cree que la Constitución será el primer paso para lograr una sola voz en Europa. Es el "gran desafío", decía Prodi, que señalaba se deseo de que el texto esté aprobado "en la segunda mitad de junio". La Constitución no estará lista antes de las elecciones europeas del 13 de junio, aunque el presidente europeo ha mostrado so convicción de que en la cumbre posterior a estas elecciones "se abrirá una pequeña ventana". Sobre lo que supone el cambio político en España para avanzar en el camino de la Constitución europea, Prodi espera que sea positivo para lograr un acuerdo en junio. "Después de la tragedia de Madrid hay un clima en el que se ha comprendido que no debe perderse esta ocasión", recordaba el que será presidente de la Comisión hasta noviembre.

A pesar de que España no es un país fundador de la Unión Europea, Prodi aseguraba que "con el tiempo lo parece", ya que se ha convertido "en un país esencial" para la UE. "Creo que en el futuro, si España, Alemania, Italia y Francia manifiestan un gran espíritu europeo podrán cambiar de modo definitivo y total la capacidad de decisión en el continente", decía el mandatario europeo, que ha situado a España "al lado de los países fundadores" y entre "los grandes protagonistas".

Romano Prodi se ha mostrado convencido de que Europa puede viajar a una sola velocidad tras la ampliación y que los nuevos socios "pasarán muy rápido de la categoría de países pobres a ricos". El presidente de la Comisión ha recordado que el ingreso de España suscitó la misma desconfianza que ahora suscitan estos países, pero que ahora Madrid está en el núcleo de los estados que guían Europa. Además, ha destacado el factor humano como fuente de riqueza de las naciones.

RELACIÓN CON ESTADOS UNIDOS

Prodi considera que es necesario que Europa admita su debilidad frente a Estados Unidos al no haber logrado crear una estructura unitaria, pero ha destacado la necesidad de que EEUU escuche a Europa, porque además de competidor, Estados Unidos es un país "aliado y amigo". A pesar de unos últimos meses "con dificultades enormes" -sobre todo por la guerra en Irak-, Prodi ha deseado que sólo sea un episodio, porque, decía Prodi, "la amistad entre Estados Unidos y Europa, para ser fuerte, debe ser adulta", basada en el reconocimiento del diálogo "incluso en los momentos de dificultad".

El presidente de la Comisión Europea ha defendido "otro estilo" en el desarrollo de Europa para evitar un mundo unipolar. Europa busca reforzar su estructura "pero no para acumular armamento para ser fuertes como otros", decía Prodi, que ha subrayado el papel de las Naciones Unidas. En su opinión, la UE defiende que las relaciones de fuerza no son aspectos dominantes y la creación de una "unión de minorías", donde cada país entra con dignidad y con autonomía.