Muere el actor italiano Nino Manfredi
A los 83 años por problemas respiratorios
El actor Nino Manfredi falleció hoy en un hospital de Roma, a los 83 años, y puso fin a una generación de intèrpretes que ha marcado una època del cine italiano y europeo, la de la "comedia a la italiana".
Marcello Mastroianni, Ugo Tognazzi, Vittorio Gassman y Alberto Sordi han desaparecido en los últimos años y ahora ha sido Manfredi el que ha escrito la última página de esa generación al hacer discretamente mutis por el foro, como el buen actor de teatro, medio en el que empezó su carrera.
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En julio de 2003, Manfredi sufrió una hemorragia cerebral por la que fue internado en un hospital romano y su vida pareció entonces próxima a extinguirse, aunque tras dos meses consiguió recuperarse y volver a su casa.
Sin embargo, con posterioridad padeció continuas recaídas que le obligaron a entrar y salir de las clínicas y, aún en su casa, a recibir cuidados constantes y con respiración asistida.
En los últimos días su estado se agravó y su propio hijo, Luca, ya había augurado el peor desenlace posible al asegurar que su padre no tenía apenas posibilidades de recuperación.
Nacido en 1921 en la localidad de Castro del Volsci, al sur de Roma, Saturnino "Nino" Manfredi inició su carrera de actor en el teatro en los años 40, para lo cual dejó abandonado su título de licenciado en Derecho.
En esos años tambièn cobró popularidad con su participación en programas radiofónicos, que le llevaron finalmente a la televisión y el cine en la dècada siguiente.
UN HUECO EN EL CORAZÓN DE LOS ITALIANOS
Su primer papel relevante fue en "L'impiegato" (1959), de Gianni Puccini, y a partir de ahí enlazó algunos personajes que le hicieron un hueco en el corazón de los italianos y un nombre propio del cine de la època.
Fue el caso del beneficiado por un milagro en "Per grazia ricevuta", el emigrante italiano en Suiza de "Pane e cioccolata", el antiguo partisano de "C'eravamo tanto amati", el vendedor ilegal en "Cafe express" o el patriarca de "Brutti, sporchi e cattivi".
Con todos ellos proyectó la imagen de actor completo, a medio camino entre el drama y la comedia, una constante del cine italiano de esos años, en los que la risa no ocultaba que había zonas grises en la sociedad y en el individuo.
Así, fue fiel a la enseñanza que recibió en la escuela de arte dramático, la de recrear el drama con ironía.
Trabajó a las órdenes de directores como Vittorio de Sica, Dino Risi y Ettore Scola pero tambièn trabajó fuera de Italia y en España interpretó al pusilánime protagonista de "El verdugo" (1963) de Luis García Berlanga, una crónica negra e irónica del país.
Su última aparición en la gran pantalla tambièn fue en España, en "La luz prodigiosa", rodada en 2002 por Miguel Hermoso y en la que daba vida a un hipotètico Federico García Lorca que hubiera sobrevivido a su fusilamiento en 1936.
En la película sólo pronunciaba dos frases, por lo que recurría a la mímica, para demostrar que tambièn con ese lenguaje se puede interpretar.
Se puso detrás de las cámaras en varias ocasiones y ocasionalmente volvía al teatro, aunque tambièn tuvo tiempo para escribir, desde un libro de dichos populares romanos a uno de nutrición, e incluso su autobiografía "Nudo d'attore", de 1993.
Como algunos de los ilustres compañeros de generación que le antecedieron en su despedida del público, tambièn Nino Manfredi tendrá la oportunidad de recibir el homenaje postrero de los ciudadanos, ya que el Ayuntamiento de Roma acogerá su cadáver para una capilla ardiente que se abrirá al público este sábado.